El juzgado de instrucción número 2 de Tui (Pontevedra), que investiga la muerte de Déborah Fernández Cervera –cuyo cadáver fue encontrado en 2002–, ha acordado en un auto la práctica de nuevas pruebas solicitadas por los letrados de la familia de la joven y ha accedido a que se tomen nuevas muestras de ADN y al cotejo de otras muestras ya extraídas.
Así, el juzgado ha accedido a la práctica de diligencias solicitadas en uno de los numerosos escritos de los representantes legales de la familia, y que fue presentado junto con un informe pericial de los criminólogos Carmen Balfagón y Ramón Chippirrás.
De este modo, se ha autorizado el cotejo de muestras de ADN extraídas a diferentes personas, y que serán comparadas con el ADN del pelo hallado junto a Déborah, con la cuerda encontrada debajo del cadáver y con ADN que se haya obtenido tras la exhumación del cuerpo de la chica.
Por otra parte, el juzgado también ha accedido a la toma de muestras de ADN de otras personas a las que, hasta el momento, no se les había pedido, y se acordó oficiar a la Policía (Grupo II de Homicidios) para que soliciten la colaboración a decenas de personas, previo consentimiento informado y documentado, una tarea que ya ha comenzado.
Estas muestras también serán cotejadas con las muestras del pelo y de la cuerda, y con el ADN que se haya podido obtener tras la exhumación.
INVESTIGACIÓN DE VEHÍCULOS Y FENOTIPADO FORENSE
El juzgado ha autorizado igualmente la investigación de diferentes vehículos que, según informaciones de los primeros días tras el crimen, habían sido vistos en la zona en la que desapareció Déborah Fernández y en la zona en la que apareció su cadáver. Estos vehículos fueron identificados en su día pero no fueron investigados policialmente.
También en base al informe de Balfagón y Chippirrás se solicitó que se autorice al Instituto de Ciencias Forenses de la Facultad deMedicina de la Universidad de Santiago de Compostela, el estudio del fenotipado forense con las muestras de ADN de pelo y cuerda, así como del posible ADN obtenido tras la exhumación del cadáver.
La obtención del fenotipado forense permitiría conocer sexo, colorojos y piel, origen geográfico, edad, cabello rizado o liso. Aunque esto no sea una prueba concluyente que permita a nadie su participación en unos hechos, sí permitiría descartar y dar una mayorinformación sobre el dueño del ADN encontrado.
Por contra, el juzgado de Tui ha vuelto a negar otras pruebas solicitadas por los abogados de la familia Fernández Cervera para poner en evidencia que «varios de los testigos que han pasado a declarar han faltado a la verdad, pues son evidentes las contradicciones entre las declaraciones prestadas por distintas personas del círculo del principal sospechoso».
Finalmente, los letrados de la familia han señalado que el informe criminológico apuntala la tesis que ellos mismos sostienen desde la reapertura de la causa, sobre la aparición de restos de semen en la vagina de Déborah y en un preservativo que estaba al lado de su cuerpo.
Así, dicho informe corrobora que ese semen fue colocado allí con el fin de desviar la atención, por lo que hacer cotejos de ADN con esa muestra «solo ha supuesto una pérdida de tiempo». Al respecto, han recordado, ya el instructor del atestado de 2010 (informe Arkano) sostuvo esa misma hipótesis y la ratificó en el juzgado el pasado 21 de octubre.