Baltasar Garzón sobre la votación al TC: «Con la nariz tapada no se tiene que votar nada»

El exjuez Baltasar Garzón ha manifestado este jueves que se le hace «muy cuesta arriba» que la disciplina de voto en el Congreso de los Diputados se imponga en la votación de los candidatos al Tribunal Constitucional (TC) y que algunos digan que votan con la nariz tapada: «Con la nariz tapada no se tiene que votar nada, la nariz tiene que estar bien para respirar porque si no, te asfixias». Así ha recordado que «hay que ser conscientes de que la política es un servicio público».

Garzón que se ha pronunciado en estos términos en una entrevista, tras ofrecer una conferencia en el marco de la inauguración de ‘TRANSfira’ en Las Naves de València, bajo el título ‘Políticas públicas innovadoras para garantizar los derechos fundamentales y consolidar los pilares de la democracia’.

El exjuez ha señalado que no está de acuerdo con lo que está ocurriendo en torno a la elección de los miembros del TC y reclama «transparencia». Según Garzón la «independencia» de los magistrados y jueces que lo integran a la hora de analizar y valorar el acomodo de las leyes y del respeto de los derechos de la Constitución «debe de ser impoluto» y estar «fuera de toda duda».

En este sentido, Garzón considera que «el debate que hay en este momento de determinadas personas, o en concreto de una de ellas, no favorece para nada a la proclamación de independencia» y cree que «debería de reflexionarse sobre ese particular».

«UN PASO ATRÁS»

Así ha instado a «los servidores públicos tienen la obligación de ponerse de acuerdo» y «que el mérito sea lo que prime». En su opinión, «si hay objetivamente elementos más que suficientes de que no es totalmente la persona idónea, esa misma persona tendría que dar un paso atrás», ha sugerido.

«Si dentro de unas fechas cuando se consolide esa designación hay un planteamiento de cualquier acción y entonces se tiene que producir una dimisión. ¿No es mejor establecer un mecanismo de contención primero?», ha insistido.

En cuanto al mecanismo de elección de los miembros del Tribunal Constitucional, ha dicho que le parece «correcto», al igual que el del CGPJ. «Por supuesto que se puede modificar», ha apuntado, «pero no establecerlo como condición para hacer algo. Se puede mejorar pero no significa que el actual no sea bueno, lo que ocurre es que no se puede aprovechar como un mecanismo de coacción ni de cuotas entre los grupos políticos».

En cuanto a la situación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Garzón ha tachado de «absolutamente infumable» el «bloqueo institucional casi de cuatreros por parte de determinados partidos políticos diciendo que no van a renovar hasta que no se cambie una ley».

Desde su punto de vista, esta actitud está «fuera de todo juego democrático» y «deja inerme al Poder Judicial» puesto que es su órgano de gobierno y ya va con una prórroga de tres años.

Según ha advertido, «antes o después nos veremos retratados a nivel europeo y no por los reclamos que están haciendo determinados políticos o asociaciones sino por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos cuando se cuestione determinadas adopciones de acuerdos en este período de exceso de tiempo de permanencia en el cargo».

«FALTA PEDAGOGÍA»

Además, Garzón ha lamentado la «gran confusión» que hay sobre los diferentes organismos porque que se mete todo en «en el mismo recipiente y se mueve como una coctelera» y es «un desastre». A su entender, «falta una explicación» de cada caso, «falta mucha pedagogía».

En este punto ha indicado que cuando se habla del nombramiento de la fiscal general del Estado «se olvida algo que es fundamental, que es a propuesta del Ejecutivo esa designación y es quien desarrolla la política criminal de ese Gobierno y con unos contrapesos y garantías que están dentro del Estatuto del Ministerio Fiscal, que la mayoría de la gente no conoce y se lanza a opinar y en todo caso, es el sistema constitucional que está establecido».

Garzón ha invitado a «analizar comparadamente lo que ocurre en otros países» y ha asegurado que «nos sorprenderíamos el grado de controles que tiene la Fiscalía General en nuestro país».