Pérez del Campo pide más centros para maltratadas como el suyo en Madrid

La histórica activista feminista Ana María Pérez del Campo, presidenta de la Federación de Asociaciones de Mujeres Separadas y Divorciadas, ha reclamado más centros integrales de atención a mujeres maltratadas como el que dirige en Madrid, concretamente uno por cada comunidad autónoma. Es cuestión de querer; poder se puede, querer no creo que se quiera», ha asegurado para reclamar más apoyo público durante la presentación del proyecto de modernización de las instalaciones que dirige desde hace tres décadas.

Además, ha reclamado que lleguen las subvenciones necesarias para el funcionamiento de su centro. «Ese dinero no puede llegar tarde», ha recalcado. El CARMM es el primer centro integral de atención a las víctimas de violencia de género en España, ubicado en la Comunidad de Madrid, por el que pasan mujeres de todo tipo, desde maestras a ingenieras o incluso médicas.

Por ello, ha subrayado la importancia de que la Administración Pública se vuelque con el centro. «Nosotros necesitamos poder sacar adelante este centro y necesitamos el dinero de las subvenciones», pues critica que, entre otras cosas, la convocatoria de subvenciones del año que viene no haya salido hasta «antes de ayer».

El centro necesita aproximadamente un millón de euros para subsistir, que recibe a través de dos subvenciones a cargo del 0,7% del IRPF. Un porcentaje proviene de la Comunidad de Madrid y la otra del Estado.

Para conmemorar las tres décadas de funcionamiento, las instalaciones se han modernizado y actualizado gracias a un proyecto de Ikea y la Escuela Madrileña de Decoración puesto en marcha en mayo de este año con el objetivo de que el CARMM sea lo más parecido a un hogar para las mujeres que residen en él.

Pérez del Campo ha agradecido a la compañía sueca y a los alumnos de la Escuela dicho proyecto en un acto que ha tenido lugar este jueves en el propio centro, donde se ha enseñado a un grupo de periodistas la remodelación.

Por otro lado, ha hecho un llamamiento a los políticos, a los que acusa de ejercer la «violencia» al «privar de ayudar a la gente». Su queja es general. De hecho, lamenta la labor que se realiza en el Congreso: «El parlamento está para parlamentar, no para insultar, no para decir la barbaridad más importante el uno del otro». Y se dirige especialmente a una formación política para que actúe: «Hablaría una y mil veces para convencer a Podemos de que no hace lo que debe hacer». Por todo ello, aboga, con ironía, por «cambiarle el nombre al parlamento».

MUJERES «VALIENTES» INCLUSO AMENAZADAS DE MUERTE

El CARRMM es un centro único en España, con un equipo multidisciplinar que aplica un programa destinado a la recuperación integral de las mujeres y sus hijos, con una estancia media entre los 12 y los 18 meses. El centro está estructurado en cinco áreas: Psicología, Trabajo Social, Jurídica, Formación e Inserción Laboral, Convivencia y el apoyo de un departamento administrativo.

Gestionado por la Federación Nacional de Asociaciones de Mujeres Separadas y Divorciadas, el CARMM consta de cinco plantas y cuenta con 28 habitaciones individuales, que pueden acoger a alrededor de 60 personas (las mujeres junto a sus hijos).

«Este es un lugar seguro para ellas», señala Juani Aguilar, trabajadora social del centro desde hace 28 años. Las mujeres que residen en este centro son «valientes», según afirma, porque en muchos casos «vienen con lo puesto» y «son mujeres que están casi todas en riesgo de agresiones físicas importantes», incluso a veces amenazadas de muerte.

Todas las situaciones de estas mujeres residentes son «duras», pero lo que más impacta a Aguilar es cuando los menores tienen que ir a un régimen de visitas con los padres o cuando las mujeres tienen que volver a ir a declarar frente a un juez. «Eso es un trabajo muy duro», confiesa.

El centro acoge a aquellas mujeres que son víctimas de violencia de género sin necesidad de que estas denuncien. Este proceso viene después, tras la acogida en el centro, una vez estén refugiadas y seguras en él. También admite mujeres en situación irregular, explica esta trabajadora social.

Pese a sus 30 años en funcionamiento, el programa de recuperación con el que cuenta el centro para estas mujeres se mantiene igual. «Todo lo que aplicábamos antes lo seguimos aplicando ahora», comenta esta trabajadora, que menciona como únicos cambios del centro la irrupción de las tecnologías y la digitalización. Y ahora, en 2021, el diseño del interior.

Esto se debe a que la dotación económica que recibe el CARMM es cerrada y no permite, según asegura, salirse del mismo para, por ejemplo, «cambiar el mobiliario». Por este motivo, una de sus peticiones es que el centro pueda contar con un «dinero extra» para el mantenimiento del edificio o para contratación de más personal, que ha sufrido un «recorte» en los últimos años.

EL REDISEÑO

La iniciativa común de Ikea y la Escuela Madrileña de Decoración ha permitido rediseñar, habilitar y amueblar el hall, el salón, la zona infantil, una zona de cine y el jardín, zonas comunes del centro que permanecían intactas desde hace 30 años.

Con la remodelación, que ha consistido principalmente en la renovación del mobiliario (sofás, mesas, sillas, lámparas, alfombras…) se ha dado un aire más fresco y actualizado al centro.

Su fundadora, Ana María Pérez del Campo, que apunta a la «transmisión generacional» como el origen de la violencia de género y aboga por introducir en la carrera de Derecho y en la judicatura este asunto.

«Creo que es esencial que en la carrera de Derecho y en las oposiciones a judicatura y fiscalía debiera haber un tema a estudiar que es el de la violencia. Como no lo hay, lo que hacemos nosotras es reunirnos con la fiscalía, con sectores de la judicatura, con jueces para la democracia, la democracia de este país se tambalea. No sabéis lo que es vivir en una dictadura», ha reflexionado.