La mitad de los estudiantes de Secundaria no distingue las ‘fake news’ de las noticias reales

El 50% de los estudiantes de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) no es capaz de distinguir un titular falso (‘fake news’) frente a otro verdadero sobre un mismo tema, según revela una investigación de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M) realizada con el apoyo de una Beca Leonardo a Investigadores y Creadores Culturales de la Fundación BBVA, basada en más de 1.600 encuestas a estudiantes de centros públicos de Secundaria y entrevistas a 77 profesores de centros de toda España.

Los resultados de este proyecto de investigación, denominado ‘ALFAMADESO’ y coordinado por la profesora del Departamento de Comunicación de la UC3M, Eva Herrero, se han presentado en una jornada sobre alfabetización mediática celebrada recientemente en el Campus Madrid-Puerta de Toledo de la Universidad.

«Los estudiantes entre 11 y 16 años utilizan de forma continua los dispositivos móviles, entrando en Internet y accediendo a la información, pero sin tener la madurez suficiente. El acompañamiento no pasa por vigilar o prohibir, sino por darles recursos y herramientas para que de manera autónoma sepan distinguir la información válida y tengan una visión más crítica de lo que escuchan, ven y leen. No se trata solo de acompañar en la familia, desde las escuelas hay que introducir esta competencia de una manera transversal en todas las materias», indica la profesora Herrero.

Según este trabajo, cerca del 60% de los estudiantes encuestados afirma que sabe diferenciar entre una noticia verdadera y una falsa. En cambio, cuando se les propuso cuatro titulares (dos verdaderos y dos falsos), el 50,21% acertó frente al 49,79% que no. En concreto, casi un 60% dio con el titular falso en el caso de dos noticias sobre la COVID-19, pero la proporción se invierte en una noticia de sucesos, pues el 52,6% no supo identificar un bulo sobre inmigración ilegal, según explica Herrero.

Por otro lado, el estudio pone de manifiesto que el 64% de los alumnos participantes no es capaz de citar el nombre de un solo periodista. Y, entre quienes sí conocen alguno, se trata de profesionales con mucha presencia en redes sociales, como Jordi Évole o Sara Carbonero, según detalla la investigadora.

«Esto refleja una realidad y es que los referentes mediáticos de los adolescentes no son, salvo contadas excepciones, periodistas o profesionales de la comunicación, que son a los que se presupone unos filtros a la hora de transmitir una información: que se ha contrastado, se ha confirmado con varias fuentes y que son (o deben ser) transparentes acerca de esas fuentes», explica Herrero.

Para los adolescentes, la actualidad se sigue en las redes sociales y la referencia mediática son los influencers. «Las redes más populares en esta franja de edad son Instagram, con un 64,4%, y TikTok, con un 10,4%, seguidas de Whatsapp (9%) y YouTube (5%)», dice Herrero, que destaca que hubo encuestados que mencionaron hasta 14 redes sociales distintas y 31 influencers en su menú de consumo mediático habitual.

Además, la investigadora apunta a un sesgo de género: «En las encuestas se mencionan hasta 463 influencers distintos, de los que más del 85% son hombres». Aunque en el Top 10 global de influencers aparecen cuatro mujeres (Marta Díaz, Rivers, Paula Gonu y Dulceida), cuando se pregunta sólo a hombres ninguna mujer aparece en su Top 10; es decir, la inclusión de referentes femeninos en los primeros 10 referentes del total de la muestra se debe únicamente a las respuestas proporcionadas por las mujeres.

En otro orden de cosas, la relación con los contenidos es superficial e impulsiva, indica la investigadora: «Les hemos preguntado y descubrimos que muchos comparten sin hacer click en la noticia; basta con que el titular o la foto ‘te lleguen’, que apelen a emociones básicas».

Esto coincide con una de las percepciones que los docentes –el proyecto ha entrevistado en profundidad a directores, jefes de estudio y profesores de centros públicos de todas las comunidades autónomas y de Ceuta y Melilla– transmiten: «Los estudiantes de la ESO consumen de manera compulsiva material audiovisual, pero sin pausa para digerir los contenidos. Esto hace más fácil que se crean todo por falta de capacidad crítica y de buscar otras fuentes. El influencer se convierte así en fuente de autoridad».

Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el 70% de la población entre 10 y 15 años dispone de teléfono móvil, su principal medio de acceso a Internet. Pero la universalización del canal no ha ido pareja al desarrollo de las habilidades que permiten enfrentarse con destreza y sentido crítico a la información masiva que reciben diariamente, que es, precisamente, lo que busca la alfabetización mediática y la razón por la que forma parte del currículo de la ESO.

Por todo ello, en alianza con ‘maldita.es’, se ha creado una Guía para profesores de la ESO en la que proporcionan recursos a los docentes para que puedan trabajar de forma transversal la alfabetización mediática en las aulas. Esta guía está en abierto y disponible en la web del proyecto: ‘https://www.uc3m.es/investigacion/alfamedeso/alfamedESO-maldita’.