Belarra muestra su apoyo a los trabajadores de Cádiz

La ministra de Derechos Sociales y líder de Podemos, Ione Belarra, ha manifestado su apoyo y solidaridad a las movilizaciones de los trabajadores del metal en Cádiz, que luchan por «sus derechos y los de todos»

Durante su intervención durante la sesión plenaria del Congreso centrada en el proyecto de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2022, ha aprovechado para lanzar un saludo «cariñoso y afectuoso» para estos empleados, que llevan nueve días de huelga para exigir mejoras en su convenio colectivo.

«Los derechos laborales y sociales nunca han sido regalados a la mayoría, han sido conquistados por la gente común, por los trabajadores, por los hombres y las mujeres de abajo que se han movilizado a lo largo de la historia para conseguir una vida mejor para la sociedad. Y han sido conseguidos a pesar de las resistencias de antes y ahora de las élites del país», ha reivindicado.

LA LÍDER DE PODEMOS EN ANDALUCÍA PIDE QUE CESE LA «VIOLENCIA POLICIAL»

La líder de Podemos en Andalucía y diputada por Córdoba, Martina Velarde, ha exigió previamente al ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, que cese en Cádiz la «violencia policial» y la «presión» contra los trabajadores del metal que están «luchando por el pan de sus hijos».

«Basta de represión. La huelga es un derecho», ha proclamado la parlamentaria desde la tribuna del hemiciclo, aprovechando su turno de intervención en el debate parlamentario.

Velarde ha acudido al Salón de Plenos ataviada precisamente con una camiseta de apoyo a los manifestantes, y ha comenzado su intervención explicando que Cádiz es la tierra donde nació y creció, y de la que se tuvo «que marchar, como muchos otros, porque vendieron y desmantelaron su futuro» diciendo que les «reconvertirían».

Tras reivindicar que el pueblo de Cádiz «lleva décadas sacando adelante la industria aeronáutica, los astilleros y la automoción», la diputada ha denunciado que los «ataques con pelotas de goma» que se están produciendo en las protestas «recuerdan más al pasado más negro», y no a un país «moderno y democrático».