Pese a que su antiguo vicepresidente y su antiguo jefe de gabinete le presionaban desde el ostracismo para que celebrara las elecciones generales cuanto antes, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, acabará la legislatura. El apoyo de ERC y de EH Bildu a los Presupuestos Generales del Estado ha sido clave para que desde Moncloa decidieran que 2022 no sea el año de las elecciones. Hasta hace pocos días, el gabinete del presidente del Gobierno sopesaba la opción del adelanto electoral como contramedida para evitar que la vicepresidenta del Ejecutivo Yolanda Díaz preparara esa plataforma independiente con la que tantas pesadillas tiene el dirigente socialista. Sin embargo, la luz verde de ERC y de EH Bildu deja claro que 2022 será un año de concesiones, ayudas y reparto de fondos europeos con un marco presupuestario sólido.
La presión de Iván Redondo y de Pablo Iglesias se dejaba sentir desde las cadenas de televisión y los mensajes de Whatsapp. Ambos recomendaban a Sánchez que celebrara las elecciones en 2022. El primero porque entendía que era la mejor opción. Y el segundo porque buscaba empujar a Sánchez al adelanto electoral para que la estela de Díaz no se desinflara con el paso del tiempo. Sea como sea, lo cierto es que desde Moncloa, tal y como cuentan fuentes solventes del Ejecutivo, sopesaban el adelanto electoral cada vez con más interés hasta el punto de que había quien en el PSOE daba por hecho que a finales del año que viene habría otra cita con las urnas motivada, en parte, por el resultado de las elecciones andaluzas. Pero los Presupuestos han cambiado esa perspectiva.
EH Bildu y ERC han conseguido lo que querían: fuertes inversiones para Cataluña y el País Vasco
El presidente considera, al igual que su equipo liderado por Óscar López, que sería una pérdida de tiempo adelantar las elecciones a 2022 si hay un marco presupuestario aprobado. Desde Unidas Podemos no fomentarán una crisis de Gobierno en ningún caso dado que sus ministerios han visto cómo aumentaba la partida presupuestaria para ellos (en el caso de Irene Montero ronda los 500 millones para jugar a repartirlo entre asociaciones feministas) y EH Bildu y ERC han conseguido lo que querían: fuertes inversiones para Cataluña y el País Vasco además de concesiones en materia de competencias. Con este escenario y los fondos europeos por llegar a la cuenta bancaria del Gobierno, ¿por qué arriesgarse a perder unas elecciones?
En un principio, la guerra interna del PP y el miedo a que Yolanda Díaz se armara en una plataforma independiente hacían viable el adelanto electoral. Si a esto le sumábamos las exigencias perpetuas de ERC en materia de competencias, la idea del adelanto electoral se hacía cada vez más atractiva. Sin embargo, tanto EH Bildu como Esquerra Republicana de Catalunya han dado un golpe sobre la mesa para que Sánchez no se plantee hacer como Juan Manuel Moreno Bonilla y lleve las elecciones a finales del 22. Con Presupuestos, Sánchez respira tranquilo y tiene cuerda hasta finales de 2023, por lo que hay mucho que celebrar.
A Sánchez ya le dan los números y prefiere eso a intentar buscar un escenario bélico más proclive a sus intereses. La idea de pillar al PP en plena guerra interna era seductora, pero lo cierto es que desde el PSOE entienden que Pablo Casado no supone una amenaza especialmente clave para el presidente. El miedo se lo tienen a Yolanda y a su presunta capacidad de aunar a todos los partidos progresistas bajo una plataforma independiente. El evitar que Díaz tuviera tiempo para urdir esta plataforma era una de las principales razones para adelantar las elecciones. Pero con los Presupuestos aprobados en ciernes se ha suavizado el miedo del presidente a que Díaz le robe protagonismo.
Con el dinero en la mano, el presidente del Gobierno espera que el 2022 sea su año. 2020 estuvo marcado por la pandemia y el 2021 por la vacunación y el inicio de la recuperación. Sin embargo, el año que viene para el PSOE es clave porque esperan dar una serie de «bombazos» en materia de concesiones y derogaciones que pondrá ese toque de izquierdas en el Gobierno y que le dará a Sánchez alas para mejorar en unas encuestas en las que va a la baja en beneficio de Yolanda. Sin tener en cuenta el precio de la gasolina o de otras cuestiones como la energía. Sánchez espera que todo le vaya de cara este 2022. El problema es que las elecciones de Andalucía pueden convertirse en el principio del fin del PSOE, pues Moreno Bonilla tiene buenas expectativas y ya sabemos cómo influye el resultado electoral de una autonomía en la intención de voto a un partido u otro. Si no que le pregunten a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y a Pablo Casado.