El Ayuntamiento de Madrid empieza su cruzada contra las cotorras, ¿a tiros?

El Ayuntamiento de Madrid ha comenzado lo que llama su plan integral para el control y reducción de la cotorra argentina y de Kramer, como reza en su web oficial. El anuncio es del pasado mes de mayo, pero ha vuelto a la actualidad por un vídeo grabado y difundido por una vecina del barrio de Salamanca y que compartió el Partido Animalista-Pacma, donde se ve a dos operarios llevando al hombro una carabina de aire comprimido en busca de estos pájaros. «Mira los cadáveres de las cotorras, les están pegando tiros», grita indignada la vecina mientras sigue a los dos trabajadores, que se alejan tapándose la cara.

Nada que ver con lo que indica un cartel en la puerta del parque Fuente del Berro, en la capital madrileña, anunciando un cierre temporal para «efectuar trabajos de control de especies invasoras». Un plan que viene de octubre de 2019, cuando el Ayuntamiento de Madrid indicó que reduciría la población de cotorras, ya que ejercen «un efecto muy negativo sobre la diversidad». ¿Cuáles son estos efectos tan negativos?

LAS COTORRAS, ENEMIGO PÚBLICO PARA EL AYUNTAMIENTO DE MADRID

«El objeto del servicio es gestionar, reducir y controlar la población de estas dos especies de aves exóticas invasoras por el riesgo que entrañan: son vectores transmisores de enfermedades y generan problemas para la biodiversidad. Además, sus nidos suponen un grave peligro para los ciudadanos en caso de desprendimiento, ya que algunas de las nidificaciones de la cotorra argentina llegan a alcanzar hasta los 200 kilos de peso». Así lo explican en la web para justificar el plan.

A continuación, explican que Madrid es el territorio donde hay una mayor concentración de cotorras de España, con unos 13.000 ejemplares, según el último censo de 2019 elaborado por la Sociedad Española de Ornitología (SEO) Birdlife. Pero lo peor, según el Ayuntamiento de Madrid, no es es número en si sino el aumento incontrolado de la población. Y por supuesto, justifican la actuación bajo el paraguas de «diversa documentación científica» que «avala la necesidad de una actuación rápida».

También se valen de las quejas vecinales, que según la misma web, creció un 136% respecto a 2018, con datos de 2020. Y es que al parecer los números son preocupantes: En el censo realizado en 2019 se localizaron 4.408 nidos en Madrid y su población se estimaba en un máximo de 12.975 ejemplares, con presencia de estas cotorras en 90 de los 131 barrios de la ciudad.

EL «EQUIPO ANTI COTORRAS»

Por ello, el Ayuntamiento de Madrid contrató a la empresa Matinsa y Dypsa, ganadora de la licitación publicada por el Ayuntamiento que preside Almeida, con un presupuesto final de casi tres millones de euros. Sin embargo, la manera ética que anunciaban para controlar la población, parece no cumplirse y se ha denunciado como una «caza a tiros» de estas aves.

El Ayuntamiento ha justificado estas actuaciones, indicando además que están avaladas por la Comunidad de Madrid. «El contrato suscrito establece el empleo de carabina de aire comprimido en circunstancias específicas y recintos acotados», ha comentado un portavoz del área de Medio Ambiente, en declaraciones recogidas por el diario El País. Por tanto, explican que será en casos puntuales, siendo los cañones lanzaredes y la técnica red de libro las técnicas más habituales. El objetivo: deshacerse de 11.700 ejemplares, es decir, casi la totalidad de ejemplares contabilizados, que supone el 40% de la población de cotorras argentinas que viven en España.

Madrid inicia el plan para el control y sacrificio de las cotorras  argentinas y de Kramer

LAS PRECIOSAS COTORRAS, ¿SON TAN NOCIVAS?

Cuando las ves estas cotorras te suscitan una sonrisa o una mueca de algo bello y simpático, pero parece que a veces esta belleza y simpatía tiene su lado oscuro. Es lo que ocurre con esta especie, la cotorra argentina o Myiopsitta monachus. Es un ave que parece un loro en pequeño y que llegó a España a mediados de los 80. El problema, como con tantas especies, no es su presencia entre nosotros, sino la superpoblación. Sobre todo en Madrid, su crecimiento ha sido exponencial desde el año 2005, causando peligros de caídas de sus nidos, además de ser agentes infecciosos zoonóticos con posible transmisión de enfermedades a través de los alimentos.

ECOLOGISTAS Y ANIMALISTAS ABOGAN POR ALTERNATIVAS «MÁS EFICIENTES Y ECONÓMICAS»

Sin embargo, los ecologistas y animalistas no opinan lo mismo, no en que no haya que controlar y disminuir su población, sino en el modo de hacerlo. Así, abogan por alternativas «más eficientes y económicas», como la captura, esterilización y suelta a su hábitat. Para el Pacma no tiene sentido el plan del Ayuntamiento de Madrid, ya que matarlos a tiros o cazarlos solo ataja el problema ahora, pero no impide su expansión futura de nuevo.

Además, el Partido Animalista señala a los culpables: «Las cotorras argentinas son especies invasoras y, en este punto, es importante destacar que no han llegado a España por sí solas, sino que han sido introducidas durante años y han sido soltadas o abandonadas por sus dueños. No se convierten en especies invasoras por decisión propia, sino que somos nosotros los que las traemos aquí y las convertimos en un problema«, argumenta Laura Duarte, presidenta del partido, en declaraciones al diario Público.

LO QUE OPINAN LOS EXPERTOS EN AVES

Por supuesto, es importante saber también la opinión de un experto ornitólogo, como es Juan Carlos del Moral, coordinador de Censos de SEO/BirdLife, que en el mismo diario confirmó la importancia del problema. Reconoce que no queda más remedio que «retirar de su estado de libertad». «No son agresivas con otras especies, pero no hace falta que lo sean», indica el experto en aves. Y señala en qué perjudica la presencia masiva de estas cotorras: «Su forma de anidar y el hecho de que se alimenten de los brotes hacen secar los árboles», además del riesgo que supondría que salieran de la ciudad para llegar a zonas agrarias y destrozar las cosechas.

Apoya por tanto al Ayuntamiento de Madrid en la decisión de acción, pero reconoce que no sería necesario un exterminio ni un sacrificio. Cree que se podrían capturar y mantener cautivas en aviarios, controlando de paso su población. Sin embargo, tiene claro, lamentándose, que «La forma más cómoda es capturar y exterminar».