Malestar en Más Madrid por la actitud dominante de Nacho Murgui, el concejal ‘okupa’

Obtener relevancia dentro de un partido no lo consigue todo el mundo. Sin embargo, concejales como Nacho Murgui lo han hecho gracias a una actitud dominante que según sus compañeros llega a intimidar en algunas ocasiones. El que fuera el número dos de Manuela Carmena «mantiene una actitud autoritaria con el resto de compañeros» según relatan fuentes del partido consultadas por MONCLOA.com. Incluso, algunos compañeros de partido aseguran a este medio que «se han planteado emprender acciones legales para denunciar su comportamiento dominante dentro del partido».

Murgui Parra llegó al Ayuntamiento de Madrid de la mano de Ahora Madrid cuando Manuela Carmena consiguió alzarse con la alcaldía capitolina. Desde 2015, Nacho Murgui ocupa su cargo como concejal en el Pleno de Cibeles donde ya lleva dos legislaturas. Durante la primera, Murgui ostentó cargos de responsabilidad en el Gobierno Municipal llegando a ser el segundo teniente de alcalde al frente del Área de Gobierno de Coordinación Territorial y Cooperación Público-Social y fue concejal presidente de la Junta Municipal del Distrito de Retiro, el barrio en el que nació. Ahora, tras perder Más Madrid la alcaldía, Nacho Murgui es un concejal más del equipo de Rita Maestre que desata ampollas en su propio partido.

Nacho Murgui es un concejal que desata ampollas en su propio partido

El que fuera presidente de la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM) se embolsa gracias a su actividad plenaria más de 60.000 euros anuales. Sin embargo, sus ingresos desde que es concejal ascienden a más de 300.000 euros, una cifra que jamás hubiera alcanzado si hubiera continuado en su profesión anterior como librero en la empresa Traficantes de Sueños.

Pero la generosa remuneración que recibe cada mes su cuenta corriente no es el único motivo por el que Nacho Murgui permanece en Cibeles. Compañeros que han trabajado con él aseguran a MONCLOA.com que «su despotismo y actitud autoritaria llega a asustar en algunos momentos». Es más, fuentes cercanas al concejal aseguran que está sembrando malestar en el seno de un partido donde los egos y los personalismos han estado siempre a la hora del día. Primero fue Iñigo Errejón que, tras abrir una brecha interna en Podemos, decidió continuar su proyecto político por libre. Después fue Rita Maestre cuyo liderazgo ha hecho que cuatro concejales del grupo Más Madrid quisieran escindirse de la formación y formar un nuevo Grupo Mixto en consistorio madrileño. Ahora, en plena ruptura interna del grupo Nacho Murgui ha optado por tener una actitud dominante respecto a sus compañeros.

Con este contexto, está claro que el grupo municipal Más Madrid está en sus horas más bajas. Rita Maestre ha perdido liderazgo y cuatro concejales y la sombra de Iñigo Errejón como candidato a la alcaldía capitolina con Más Madrid acecha. Mientras el partido goza de buena salud con Mónica García como principal líder de la oposición en la Asamblea de Madrid, en la institución municipal ocurre todo lo contrario ya que el grupo está roto y yace a la deriva sin un líder capaz de guiar el barco que se está hundiendo. Quizás, Nacho Murgui con su actitud dominante lo consigue.

EL CONCEJAL «OKUPA»

El activismo de Nacho Murgui nace en el barrio de Adelfas, una zona de Retiro limítrofe a Puente de Vallecas. En los años noventa, el concejal de Más Madrid ayudó a poner en marcha el Centro Social Seco, en el edificio del antiguo Colegio Juventud que fue abandonado y «okupado» por una serie de individuos. A día de hoy, los «okupas» de este centro social han sido realojados en la calle de Arregui y Aruej en unos edificios donde conviven entre 200 y 300 personas que pagan una baja cuota mensual para pagar suministros.

Pero a parte poner en marcha un centro que nace de la «okupación», Nacho Murgui también ha defendido a las personas que realizan esta actividad considerada ilegal en su fase de usurpación. El concejal de Rita Maestre ha participado en concentraciones para impedir desalojos como aquel que se produjo en el Patio de Maravillas, un espacio que fue «okupado» en pleno barrio de Malasaña.

Murgui se autoproclama antimilitarista e insumiso. Su activismo también le ha llevado a presidir sendas organizaciones vecinales y está vinculado a la Coordinadora de Barrios y trabaja como mediador vecinal en el barrio de Pan Bendito. Este último barrio mencionado se trata de una zona deprimida de Madrid donde la conflictividad se sucede a diario.

A parte de defender la «okupación», Murgui se ha dedicado con pasión a la actividad vecinal desde asociaciones como Los Pinos y ha puesto en marcha una multitud de plataformas ciudadanas en favor de la lucha social. Algunas de estas organizaciones son la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, la Mesa en Defensa de la Sanidad Pública de Madrid o las luchas por una ciudad mejor para la ciudadanía. Todas estas plataformas reciben subvenciones públicas y donaciones personales para subsistir y poder así luchar por los derechos sociales y vecinales que consideran justos.