La Comisión Europea ha presentado este miércoles su plan para movilizar hasta 300.000 millones en infraestructuras, energía y conexiones de transporte en el mundo que permitan al bloque jugar un mayor papel geopolítico en las relaciones comerciales y contrarrestar la influencia global de China.
«Las opciones de inversión son relativamente escasas y a veces incluyen letra pequeña con grandes consecuencias financieras, políticas y sociales. Por eso creemos que los países necesitan socios fiables que desarrollen proyectos que sean sostenibles y de alta calidad», ha señalado la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, en la presentación de la estrategia europea.
Con este proyecto, denominado ‘Global Gateway’, la líder del Ejecutivo comunitario ha asegurado que la UE se sitúa como una «verdadera alternativa» a China como inversor en infraestructuras y tecnología en todo el mundo, pese a que el proyecto de Pekín para una nueva ruta de la seda lleva ya en marcha desde 2013 e incluye inversiones en un centenar de países.
A su juicio, terceros países ya saben lo que es cooperar con China y «necesitan ofertas diferentes y mejores». «Saben que nosotros somos transparentes y que nuestros proyectos estarán acompañados de buena gobernanza y no habrá problema de niveles insostenibles de deuda como contrapartida», ha señalado la conservadora alemana.
Con esta estrategia, la UE aspira a ser un actor geopolítico y a la vez demostrar que un enfoque democrático en las inversiones funciona y aporta soluciones a los retos actuales como la transición verde y digital. En todo momento, Von der Leyen ha descrito el proyecto como una «oferta positiva» para «forjar vínculos y no dependencias» en el tablero internacional.
Sobre la idea de competir con Pekín como proveedor de inversiones clave, la comisaria de Cooperación, Jutta Urpilainen, ha expuesto que los últimos años las inversiones de China y la ayuda de cooperación de Europa están a la par y el objetivo ahora es fomentar más inversiones privadas europeas. Frente al modelo chino, más centrado en préstamos, el Ejecutivo europeo ha defendido que ya está listo para promocionar inversiones que irán de la mano del sector privado, inexistente en China.
INSTRUMENTOS DE FINANCIACIÓN
Para su financiación, ‘Global Gateway’ plantea usar un amplio abanico de instrumentos financieros europeos y unir fuerzas con los Estados miembros, instituciones económicas europeas y de desarrollo y el sector privado para invertir hasta 300.000 millones con el horizonte de 2027, de los cuales casi la mitad la aportarían los Veintisiete.
Según detalla el plan de Bruselas, hasta 135.000 millones se podrán en marcha gracias al Fondo Europeo para Desarrollo Sostenible, que se convertirá en la principal fuente de recursos del plan. Otros 18.000 millones provendrán de distintos programas de asistencia externa y Bruselas espera movilizar otros 145.000 millones a través de instituciones financieras y de desarrollo.
En términos prácticos, la UE quiere impulsar inversiones estratégicas en terceros países que se alineen con sus prioridades, aunque los proyectos se diseñarán a nivel nacional. Para decidir que proyectos forman parte de la iniciativa se creará un comité de dirección que, teniendo en cuenta los objetivos comunes y principios con la UE, decidirá que proyectos sufragar y cuales de las inversiones de los Estados miembros en el exterior se puedan realizar bajo el paraguas europeo.
Aunque la ‘hoja de ruta’ no identifica todavía ninguna acción concreta, la presidenta comunitaria ha puesto como ejemplo proyectos de hidrógeno verde o cables oceánicos para garantizar la conectividad de distintas regiones mundiales. El tipo de financiación dependerá del tipo de proyecto, con la idea de poder combinar préstamos, subvenciones y garantías a inversiones.