El PP se pone como límite junio de 2022 para renovar el CGPJ

El Partido Popular ha cedido a negocia la renovación del Consejo General del Poder Judicial. Los contactos con el PSOE y más concretamente con Félix Bolaños, ministro de Presidencia de Gobierno, se han intensificado considerablemente a medida que ha avanzado el otoño. El PP, según fuentes solventes de la formación, necesita renovar el CGPJ porque no quiere entregar en manos del PSOE la mayoría del Tribunal Constitucional. El hecho de que solo si se renueva el Consejo se podrán proponer nuevos magistrados para el Constitucional ha empujado a los de Pablo Casado a intensificar los contactos con el PSOE y a ponerse junio de 2022 como fecha límite para renovar el CGPJ. La idea con la que trabajan ambos grupos es la de que en enero se dé la noticia de un acuerdo. Pilar Teso es la elegida para ser la nueva presidenta del Tribunal Supremo y ya hay otros nombres que empiezan a filtrarse como posibles vocales como el del nuevo asesor íntimo del líder del PP: Alejandro Abascal.

Todo está en marcha. Félix Bolaños se ha convertido en el chico para todo del PSOE y ha sido capaz de negociar los Presupuestos Generales del Estado con diferentes partidos de varias sensibilidades a la par que intensificaba los contactos con el secretario general del PP, Teodoro García Egea, para ultimar la renovación del CGPJ. El PSOE no ha tenido ni siquiera que convencer a los populares de que cumplan la Constitución. Han sido los propios asesores en materia de justicia de Casado (el magistrado Enrique Arnaldo, el consejero de Justicia de la Comunidad de Madrid Enrique López y el propio Abascal) los que han convencido al presidente del Partido Popular de que ceda y renueve el Consejo General del Poder Judicial para evitar males mayores como el hecho de que el Tribunal Constitucional se quedara en manos de una mayoría progresista. Así que fue el propio Teodoro el que llamó a Bolaños, y no necesariamente al revés.

El miedo de Casado es que el CGPJ no pueda proponer sus magistrados porque esté aún en funciones. El Tribunal Constitucional se compone de 12 miembros nombrados por el Rey; de ellos, cuatro son a propuesta del Congreso por una mayoría de tres quintos de sus miembros; cuatro a propuesta del Senado, con idéntica mayoría; dos a propuesta del Gobierno, y dos a propuesta del Consejo General del Poder Judicial. Casado no quiere perder la oportunidad de que el Consejo haga su propuesta porque podría dejar el Constitucional con una mayoría no conservadora. Y esto ha empujado a Casado a mantener conversaciones con Bolaños hasta el punto de que ya se habla de una renovación inminente.

Casado ha entendido que no podrá aguantar mucho más en su bloqueo dado que le quedan por delante dos años de legislatura

Aún así, lo cierto es que hay más elementos que han empujado a Casado a ceder ante la presión. El hecho de que Sánchez haya conseguido sacar adelante los Presupuestos le da vía libre para agotar por completo la legislatura. Con una Europa atenta a los movimientos del país en materia de Justicia y un Congreso hostil contra el PP por su negativa a renovar el Consejo General del Poder Judicial, Casado ha entendido que no podrá aguantar mucho más en su bloqueo dado que le quedan por delante dos años hasta que se celebren las próximas elecciones generales, el horizonte dorado al que espera llegar el presidente popular cuanto antes.

La renovación del Consejo ya no es solo una cuestión de principios. Hay muchos pagos pendientes tanto para el PSOE como para el PP. Pero sea como sea, Casado ha entendido que no puede aguantar dos años sin renovar el CGPJ con la presión directa de los propios integrantes del Consejo, del Congreso en prácticamente su totalidad y de Bruselas. Por lo que para evitar problemas, el PP decidió coger el teléfono y llamar a Bolaños para arrancar la negociación.

LA COMPOSICIÓN

Se habla de muchos nombres. El que más temen es el de la propia Pilar Teso, un perfil aparentemente progresista que no levanta pasiones en ningún sector pero que tampoco ha generado fricciones entre el PP y el PSOE. Teso es quien sustituirá a Carlos Lesmes como presidenta del Tribunal Supremo, tal y como deslizan fuentes de ambos partidos, a cambio de que el número de vocales conservadores sea amable con los intereses de los populares. Que Teso vaya a ser presidenta del Supremo es algo que incomoda a una buena parte del PSOE dado que recuerda a ese mensaje filtrado en el que se decía desde el PP que ya tenían «controlado» el Consejo gracias a que Manuel Marchena sería el siguiente presidente del Supremo. Todo esto no parece, aún así, haber minimizado las opciones de una «gris» Teso, según la describen desde el propio PSOE.

Junto a Teso, Casado y Sánchez utilizarán el nombramiento de vocales para sacar a relucir nuevos nombres afines a las formaciones. El primero y más importante el de Alejandro Abascal, el magistrado más cercano a Casado y quien está llamado a ser el nuevo Enrique López o el nuevo Enrique Arnaldo del PP en calidad de gran asesor en materia de justicia del Partido Popular. Con todo esto, Casado tiene un atractivo añadido a la renovación, que es pagar nuevas deudas y colocar a personas afines, algo que el PSOE lleva intentando hacer desde que arrancó la legislatura en 2019.