Amnistía Internacional pide a los países ricos que redistribuyan a los pobres las vacunas para atajar a ómicron

Tamaryn Nelson, asesora de salud de Amnistía Internacional, ha reclamado a los países ricos que redistribuyan sus dosis de la vacuna contra la COVID-19 a las naciones más desfavorecidas para poder contener el avance de la variante ómicron.

«Para contener la marea de las nuevas variantes y poner fin a la pandemia, los Estados que almacenan vacunas deben redistribuirlas de inmediato y asegurarse de que los países disponen de tiempo y recursos suficientes para llevar a cabo una distribución completa de las dosis. Por su parte, las empresas farmacéuticas deben tomar conciencia de que su negocio se basa en fabricar productos que salvan vidas, y que estos deben llegar a donde más se necesitan y no a donde se pagan mejor», ha reivindicado.

Nelson considera que la aparición de la variante ómicron es «un crudo recordatorio de lo que sucede cuando no se aborda globalmente una pandemia».

«Los expertos nos vienen avisando de que la pandemia es de naturaleza global y la distribución desigual de las vacunas en el mundo no hará sino aumentar las probabilidades de que surjan nuevas variantes. Sin embargo, mientras que en algunos países de ingresos altos ya se ha administrado la pauta completa de vacunación a casi el 90 por ciento de su población, en los países de ingresos bajos sólo algo más del 7 por ciento de la población ha recibido una sola dosis vacunal», ha insistido.

La ONG ve «indignante» que países ricos que ya han ofrecido vacunas a toda su población «sigan acaparando cientos de millones de dosis y que las empresas farmacéuticas continúen enviando la mayor parte de su producción a esos mismos países».

Desde el 22 de septiembre, a través de su campaña ‘Cuenta atrás de 100 días: ¡2.000 millones de vacunas contra la COVID-19 ya!’, Amnistía Internacional viene pidiendo a los Estados y las empresas farmacéuticas que garanticen igualdad de acceso a las vacunas de la COVID-19 para que al menos el 40 por ciento de la población de los países de ingresos bajos y medianos bajos esté vacunada al final de 2021. «Quedan menos de 25 días para que termine el año, es preciso actuar ya», remacha la ONG.