El 28,12 por ciento de las 142.577 especies conocidas en el mundo está amenazado, según la nueva actualización de la Lista Roja de la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN) que alerta en concreto del declive de las libélulas, del desmán del Pirineo y de algunas especies de ánades, a consecuencia del declive de los humedales.
La nueva actualización de la Lista Roja precisa que de las 40.084 especies que sufren algún tipo de amenaza, de las 142.577 evaluadas, 897 han sido declaradas «extintas»; otras 79 se sitúan en la categoría de extintas en su estado salvaje; mientras que 8.722 engrosan la categoría de «en peligro crítico». Además, otras 15.403 han sido calificadas como «en peligro» y otras 15.959 como «vulnerables».
Por su parte, 8.488 especies están en estado «casi amenazado», mientras que 165 sufren «bajo riesgo-dependiente de la conservación». Mientras, otras 72.810 están en estado de «preocupación menor» y de otras 20.054 especies hay datos insuficientes.
Para la UICN una de las amenazas se encuentra en la desaparición, reducción o deterioro de los humedales que amenaza a las libélulas en todo el mundo, de acuerdo con el organismo que, por primera vez, ha elaborado una evaluación mundial de estas especies.
Así, alerta de que el declive de las libélulas es un síntoma de la pérdida generalizada de marismas, pantanos, ríos en estado salvaje, así como por la expansión de la agricultura y la urbanización insostenible.
El director general de la UICN, Bruno Oberle, ha explicado que al revelar la pérdida mundial de libélulas la nueva Lista Roja insiste en la necesidad «urgente» de proteger los humedales mundiales así como el «rico mosaico» de vida que albergan. A nivel mundial advierte de que estos ecosistemas húmedos están desapareciendo «tres veces más rápido que los bosques».
De ese modo, comenta que aunque las marismas y los humedales puedan resultar «improductivos» e inhóspitos para las personas, sin embargo proporcionan «servicios esenciales» como el almacenamiento de carbono, que generan agua limpia y alimentos, protegen de inundaciones y ofrecen hábitat a una de cada diez especies conocidas en todo el mundo.
En concreto, el 16 por ciento de las 6.016 especies de libélulas y caballitos del diablo conocidas están en «peligro de extinción» por el deterioro de sus sitios de reproducción en agua dulce. Si bien en Asia la causa está en la tala para cultivar aceite de palma, los estudios de la UICN concluyen que en América Central esta tala se debe fundamentalmente a los desarrollos residenciales y de espacios comerciales, mientras que en América del Norte y Europa las causas principales son los pesticidas, los contaminantes y el cambio climático.
Por su parte, la copresidenta del Grupo de Especialistas en Libélulas de la UICN y doctora Viola Clausnitzer, ha defendido que las libélulas son indicadores «muy sensibles» del estado de los ecosistemas de agua dulce.
DESMÁN DE PIRINEOS
Por otro lado, el informe de la UICN se refiere asimismo al desmán de los Pirineos (Galemys pyrenaicus), un pequeño mamífero semiacuático, que vive en Andorra, España, Francia y Portugal y que ha pasado de la situación «vulnerable» a engrosar las filas de la categoría «en peligro».
Esta especie se encuentra a la mitad de su población en todo su área de distribución desde 2011, en parte –según la UICN– por los impactos humanos sobre su hábitat, como la alteración del curso de los ríos, la reducción del nivel de agua por la construcción de centrales hidroeléctricas, presas y embalses, así como la extracción de agua para fines agrícolas.