La líder de Podemos y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, ha lanzado a su organización a conformar confluencias de frente amplio a nivel municipal, para ayudar a construir una candidatura a nivel estatal que lleve a la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, a ser la nueva presidenta del Gobierno.
De esta forma, ha emplazado a los ediles de la formación a «tejer» y espacios municipales «cada vez más amplios» con la sociedad civil, los movimientos sociales, las organizaciones vecinales y también con otras fuerzas políticas.
Durante su intervención en la apertura del encuentro municipalista que la organización celebra este sábado en Málaga, Belarra ha trasladado a sus concejales que Unidas Podemos necesita abrirse para poder gobernar en todos los municipios posibles, reeditando así las candidaturas que lograron en 2015 multitud de alcaldías para el espacio del cambio en Madrid, Zaragoza, A Coruña, Barcelona, Valencia y Cádiz, entre otras.
«Se dice a menudo que resistir es vencer. Yo creo que no. Solo vencer es vencer. El tiempo que vivimos exige no sólo que resistamos sino que venzamos, porque todos sabemos, también nuestros adversarios, que hay muchas cosas que sólo van a cambiar si nuestro espacio político gobierna en mayoría en nuestro país», ha apuntado ante sus correligionarios.
Con ello, la secretaria general de Podemos ha redoblado su apuesta por candidaturas que sumen a otros sectores progresistas, como ya quedó patente en la pasada ‘Universidad de otoño’ con el apoyo a la estrategia de frente amplio con Díaz al frente de una candidatura estatal.
Máxime cuando, según ha desgranado parafraseando el afamado verso del poeta Antonio Machado, «el camino se hace al andar» y la política municipal debe ser la «vanguardia», dado que «los mejores procesos de democratizacíón» y de «ampliación de derechos» han nacido, a su juicio, en la esfera local.
Es más, ha reivindicado que Unidas Podemos debe ser primera fuerza de gobierno para poder completar los cambios estructurales que necesita el país y ha recordado que las elecciones municipales pueden ser la antesala del cambio político, como ocurrió en la II República y que supone la mejor tradición política de la que bebe el espacio del cambio.