Ayuso pierde apoyo en Sol en plena guerra interna y se aferra a sus cuatro consejeros fieles

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, no está sola, pero tampoco apoyada por todo su equipo de gobierno. A medida que la guerra interna del Partido Popular de Madrid ha avanzado, muchos dirigentes populares que en un principio daban su apoyo ciego a Ayuso se han echado atrás. No solo hablamos de políticos a lo largo y ancho del país, sino de altos cargos, directores generales y consejeros que dependen de la Comunidad de Madrid. Por el momento, solo cuatro consejeros han cerrado filas en torno a la presidenta de forma evidente. El consejero de Transportes, David Pérez, la de Medio Ambiente, Paloma Martín, el de Hacienda Javier Fernández-Lasquetty y el de Educación, Enrique Ossorio, han dejado clara su lealtad mientras el resto o bien evita entrar en esta guerra interna del Partido Popular o bien están del lado de Pablo Casado. Pero parece que según avanzan los meses, los consejeros temen tomar partido por miedo a las consecuencias.

David Pérez es un consagrado «soldado» de Ayuso. Su lealtad no está en duda. Desde Sol confían en quien fue en las elecciones de 2019 el número dos en las listas porque desde el minuto uno se ha mantenido fiel a la presidenta de la Comunidad de Madrid. Lo que cuentan fuentes de su entorno es que David intenta evitar el conflicto, pero aseguran que no maniobra en contra de la presidenta. Su perfil no está en duda, pero tampoco irrita los ánimos en Génova. David Pérez no genera fricciones pero se ha mantenido leal a la presidenta de la Comunidad de Madrid a diferencia de otros. Su posición dentro de la guerra del PP de Madrid está clara, pero no incomoda en Génova dado que entienden que su cargo se lo debe a la presidenta. De hecho, a día de hoy, su paso por Alcorcón está bien reconocido en el partido. Otros consejeros de la Comunidad de Madrid, sin embargo, sí que están en el punto de mira de la cúpula del PP porque su lealtad ha dado bandazos desde que entraron en política, como es el caso de Paloma García o de Fernández-Lasquetty. Ahí la percepción es otra.

Es un secreto a voces en Sol que su ascenso político ha sido algo similar a un «milagro» dado que arrancó como asesora y ahora está como consejera. Todo ese ascenso, ese cúmulo de oportunidades que Martín ha aprovechado y abrazado con ganas, han nacido de Génova. Sin embargo, en cuando se ha convertido en consejera ha cerrado filas en torno a Ayuso y ahora Génova le ha cogido la matrícula. Fuentes de Sol deslizan que el que Paloma Martín haya dado su apoyo explícito a Ayuso dentro de esta guerra se debe en parte a la buena relación personal que mantiene con la presidenta de la Comunidad. Sin embargo, puede que después de la guerra interna del PP le salga caro su apoyo y sobretodo el haber dado la espalda a quienes la apoyaron cuando trabajaba para el exalcalde de Madrid Alberto Ruiz Gallardón.

le consideren un traidor a los intereses de Pablo Casado

Lo mismo ocurre con Javier Fernández-Lasquetty. Pese a que este consejero siempre se le ha asociado con la órbita más liberal del PP, desde Génova no se esperaban que se convirtiera en el hombre fuerte de la presidenta de la Comunidad de Madrid. Si hay alguien que Génova tiene enfilado ese es el consejero de Economía y Hacienda. No solo porque le consideren un traidor a los intereses de Pablo Casado, sino porque es un activo «general» dentro de esta guerra interna del PP que maniobra por su presidenta y por Miguel Ángel Rodríguez para que Ayuso consiga la presidencia del PP de Madrid. Lasquetty es considerado como uno de los artífices de la privatización de la sanidad y uno de los gurús neoliberales del PP. Pero lo que está claro es que no ascenderá si depende de Casado.

Luego está Ossorio. El consejero de Educación de la Comunidad de Madrid es otro de los perfiles fieles a la presidenta o al menos alguien de quien Sol no duda. Pero al igual que Pérez, Génova no tiene especial reparo en el apoyo de Ossorio a la presidenta autonómica. La idea de que Ossorio apoye a la líder popular no incomoda a nadie en Génova porque le ven de salida. Nadie considera una amenaza política al consejero de Educación pese a que Ayuso haya depositado en él la confianza necesaria como para considerarle uno de sus consejeros fieles.

ENRIQUE LÓPEZ, EL TOPO

La gran decepción que circula en Sol es la que apunta al consejero de Justicia, Enrique López. El magistrado, hasta hace poco considerado por la Comunidad de Madrid como uno de sus grandes activos políticos, ha mantenido una posición arriesgada en esta guerra dado que en su entorno más íntimo intuye que si se mantiene fiel a Pablo Casado y éste gana las elecciones en 2023 le nombrará ministro de Justicia. Este premio, algo que él ansía desde hace años y que considera que es el momento adecuado para que se lo den, le ha jugado una mala pasada en Sol. El hecho de que desde hace tiempo asesorara a Pablo Casado en materia de Justicia era hasta ahora normal. Pero su constante trato con Casado y el rumor de que quiere ser ministro ha hecho que desde Sol le miren de reojo y con recelo.

Los de Ayuso entienden que López no dará el do de pecho cuando le toque si tiene que enfrentarse directamente a Pablo Casado. De hecho, hasta ahora, en Génova intentan no mencionar a Enrique López dado que es un gran activo para ellos que les informa de cómo están las cosas en Sol. Lo que está claro es que el consejero de Justicia, que debería ser una de las muletas clave de la presidenta, está en el punto de mira del núcleo duro de Ayuso. Ni siquiera los consejeros se atreven a tomarse una foto con él para no levantar sospechas.