Condenado a 37 años de prisión el marido de Maguette

La Audiencia Provincial de Bizkaia ha condenado a un total de 37 años y dos meses de prisión a Bara N., senegalés que asesinó a su mujer, Maguette Mbeugou, a la que degolló y dio más de 80 puñaladas en el domicilio conyugal de la calle Ollerías Bajas de Bilbao en septiembre de 2018.

El pasado 24 de noviembre el jurado popular declaró a Bara N., culpable de asesinar a su mujer, además de atribuirle también los delitos de maltrato habitual, abandono de menores y lesiones psicológicas a sus hijas, de 2 y 4 años entonces, que se encontraban en la vivienda en el momento del crimen, y que quedaron abandonadas junto al cadáver hasta que horas después una vecina las encontró al oír sus sollozos.

A pesar de que todas las acusaciones –la representación de la familia de la víctima, el Ayuntamiento bilbaíno, la Diputación de Bizkaia y la Fiscalía– solicitaran tras oír el veredicto del jurado la imposición de penas que sumaban 44 años de cárcel, la Audiencia Provincial de Bizkaia ha decidido reducir la pena.

En concreto, frente a la petición de las acusaciones de un pena de 3 años de prisión por el maltrato habitual que sufría Maguette, la sentencia rebaja a pena a 1 años y 8 meses de prisión. Además, las acusaciones solicitaban un total de 8 años de prisión por los dos delitos de abandono de menores, lo que la Audiencia rebaja a 2 años y 6 meses de prisión.

La sentencia condena a Bara N., como autor de un delito de asesinato, a la pena de 25 años de prisión, concurriendo las circunstancias agravantes de parentesco y de género, privación de la patria potestad respecto de sus hijas, prohibición de acercarse a las menores a menos de 500 metros, de sus domicilios de cualquier lugar que frecuenten, así como de comunicarse con ellas por cualquier medio por un plazo de 35 años.

Como autor de dos delitos de abandono de menores, le condena a la pena de 2 años y 6 meses de prisión, y como autor de un delito de maltrato habitual, le condena a un año y 8 meses de prisión. Por último, por dos delitos de lesiones psíquicas, con la agravante de parentesco, se le condena a la pena de 4 años de prisión por cada uno de ellos.

Además, el acusado deberá indemnizar al hermano de Maguette con la cantidad de 110.000 euros, a la hija mayor la deberá abonar 392.000 euros y a la hija menor 390.000 euros.

El condenado deberá mantener la situación de prisión provisional. Contra la sentencia se puede interponer recurso de apelación ante la Sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco en el plazo de diez días hábiles contados desde el día siguiente a su notificación.

VISTA ORAL

La Sección Segunda de la Audiencia de Bizkaia celebró en noviembre el juicio oral por el crimen de la joven senegalesa de 25 años que falleció tras recibir más de 80 puñaladas por parte de su marido, quien reconoció los hechos durante el juicio.

Los miembros del jurado declararon «culpable» de todos los delitos de los que se por los que se acusaba Bara.N.: asesinato, abandono de menores, las lesiones psíquicas sufridas por sus hijas al estar presentes en el momento del asesinato y por violencia de género que sufría habitualmente Maguette.

Además, el jurado rechazó las atenuantes presentadas por la defensa como la confesión del crimen, o la legítima defensa, al considerase probado que el acusado huyó, y solo confesó una vez arrestado en otra localidad donde se había escondido, y que las lesiones leves que presentaba se las había hecho él mismo.

Por otro lado, el jurado se mostró contrario a cualquier tipo de indulto o concesión de ningún tipo de medida favorable al acusado.

RELATO

El relato de los hechos que el jurado dio por válido indica que en septiembre de 2018 el acusado infringió a Maguette con varios cuchillos «83 heridas e incluso más y «odas ellas en zonas vitales», y le provocó en el cuello un corte de 13 centímetros. Además, considera probado que las dos hijas de la pareja, de 2 y 4 años, estaban presentes en la sala donde se cometió el crimen.

La sentencia estima que se dan agravantes de parentesco y también de género, dado que el acusado tenía «una dominación clara» sobre la víctima, a la que sometía a maltrato habitual, y que el acusado abandonó a sus hijas tras el crimen.