El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha alertado de que el incremento de la deuda que tuvo lugar durante 2020 amplifica las vulnerabilidades financieras a nivel global, aunque ha indicado que el mayor endeudamiento del año pasado estuvo «justificado» por la pandemia global, según se desprende de una entrada de su blog publicada este miércoles.
«El incremento de deuda amplifica las vulnerabilidades, especialmente a medida que se endurezcan las condiciones de financiación. Los elevados niveles de deuda limitan, en la mayoría de casos, la capacidad de los gobiernos de apoyar a la recuperación y la capacidad del sector privado de invertir a medio plazo», han subrayado los técnicos del FMI Vitor Gaspar, Paulo Medas y Roberto Perrelli.
En todo caso, el aumento del endeudamiento estuvo «justificado» por la necesidad de proteger vidas, empleos y prevenir quiebras. «Si los gobiernos no hubieran actuado, las consecuencias sociales y económicas habrían sido devastadoras», han asegurado los técnicos.
La pandemia del Covid-19 provocó que en 2020 se registrará el mayor incremento anual de deuda desde la Segura Guerra Mundial, según los cálculos del fondo. La deuda global alcanzó los 226 billones de euros (200,5 billones de euros). En términos relativos, se situó en el 256% del producto interior bruto (PIB) global, 28 puntos más que en 2019.
Por sectores, la deuda pública alcanzó el 99% durante 2020, mientras que la de las empresas no financieras se situó en el 98% y la de los hogares alcanzó el 58%. De esta forma, la deuda pública ya supone casi el 40% de la deuda total global, su mayor cuota desde mediados de los años 60. El FMI ha explicado esto debido a que desde 2007 se han producido dos crisis económicas de gran calado.
De cara a los próximos años, el «desafío crucial» es lograr el «mix adecuado» de políticas monetarias y fiscales en un entorno de «elevada deuda y creciente inflación». El Fondo considera que las vulnerabilidades y las perspectivas hacen muy importante «lograr el equilibrio adecuado entre flexibilidad de políticas, ajustes rápidos a circunstancias cambiantes y compromiso con planes fiscales a medio plazo creíbles y sostenibles».