El que fue jefe de gabinete de Presidencia de Gobierno, Iván Redondo, ya ha arrancado su estrategia publicitaria para ganarse el pan en el sector privado. El plan de Redondo es simple y desde el PSOE aseguran ser conscientes de lo que intenta dado que saben muy bien cómo trabaja. Su coqueteo con los medios de comunicación se ha traducido en una serie de artículos tremendistas en los que, primero, advierte al PSOE que perderá fuelle frente a Yolanda Díaz y, segundo, amenaza con que Vox y PP obtendrán juntos más de 200 escaños. A esto hay que añadir lo que fuentes del Gobierno y del entorno de Redondo dan por seguro: el exjefe de gabinete se ha ofrecido ya a varias empresas en calidad de consultor privado para solucionarles la papeleta. Algo a lo que hay que añadir el constante coqueteo entre Redondo y Yolanda Díaz a raíz de la idea de una nueva plataforma independiente.
Iván Redondo se convirtió desde que arrancó en 2019 la legislatura en el único interlocutor válido entre Pedro Sánchez y el resto de los integrantes del Gobierno. Y de ahí se despeñó en 2021 después de que le pidiera a Sánchez un ministerio que el líder del Ejecutivo no estaba en ningún caso dispuesto a dar. El problema es que ahora Redondo intenta ejercer de consultor privado (su salida natural y para la que se lleva tiempo preparando) mientras que el Gobierno torpedea directamente sus intentos de aliarse con empresas para que mejoren sus negocios. Redondo ha iniciado una estrategia que desde el PSOE aseguran no ser ajenos. Los socialistas consultados por MONCLOA.com insisten en que el plan de Redondo no necesariamente pasa por beneficiar los intereses de Sánchez y confirman la idea de que Moncloa no quiere que los planes de Redondo prosperen.
La estrategia de Redondo, según detallan desde el PSOE, es simple. El coqueteo con algunos medios de comunicación como La Vanguardia tienen un claro objetivo: crear el pánico en el panorama político alimentando dos monstruos que hacen aparentemente temblar al PSOE. El primero de ellos es Yolanda Díaz y el segundo es la derecha. Por un lado, Iván pronostica que la derecha parlamentaria obtendrá hasta 202 escaños (con la suma del PP y Vox) hasta el punto de que tendrán juntos una mayoría absoluta arrolladora (que se sitúa en 176 parlamentarios). Al mismo tiempo, se han deslizado comentarios de Redondo en los que asegura que el PSOE no solo verá cómo se hunde ante la derecha, sino que perderá mucho fuelle por la izquierda dado que la vicepresidenta Yolanda Díaz se comerá gran parte del electorado socialista si se presenta con una plataforma independiente. Con el miedo sembrado, Redondo pasa a la cosecha.
Hay fuentes que aseguran que Redondo está interesado en vender sus servicios a Díaz
La segunda parte de la estrategia de Redondo es venderse como salvador para que le paguen cuantiosas minutas de seis cifras como mínimo. Por un lado, Redondo se trabaja la parte política con la ayuda de su amigo y exvicepresidente Pablo Iglesias para seducir a Yolanda Díaz para que cuente con sus servicios en caso de que monte una plataforma independiente al margen de los colores de Unidas Podemos. Hay fuentes que aseguran que Redondo está interesado en vender sus servicios a Díaz porque la ve un producto publicitario con muchas opciones. Pero al mismo tiempo, Redondo no renuncia al sector privado en calidad de ‘gurú’ y ya ha dejado caer en más de una ocasión la posibilidad de venderse como consultor privado. Todos los mensajes que lanza Redondo van enfocados en una misma dirección: conseguir trabajo y un salario potente.
En este contexto, el PSOE no quiere dejar que Redondo haga su trabajo con libertad porque intuyen que hay cierto componente de venganza en su estrategia laboral. Lo que está completamente claro es que Redondo no cumplirá ese año sabático que aseguraba se iba a tomar. La idea de los socialistas de Pedro Sánchez es la de torpedear al menos los intentos de Redondo de aliarse como consultor con las empresas privadas para evitar que sus planes salgan bien. Sobre el cómo lo hacen, desde el PSOE solo deslizan un par de detalles: si la idea de Redondo es la de vender que tiene “mano” con el Gobierno, que los empresarios se planteen si un político defenestrado por el mismísimo Sánchez que no cuenta con el apoyo de los integrantes del partido tiene posibilidades de ejercer labores de engrase entre el sector privado que le contrate y la parte pública que representa el equipo del presidente.
Redondo sabe que tiene dos posibles salidas siempre que quiera mantener su abultado salario. La primera, entrar como consultor en una empresa privada o directamente en una consultora de prestigio, algo que ya ha intentado y que de momento no ha conseguido. La segunda, la de entrar como gurú de una nueva apuesta política como puede ser Yolanda Díaz, alguien que suscita interés para el publicista porque entiende que puede convertirla en uno de sus productos estrella, al igual que hizo con Sánchez. El problema es que, de momento, ni Díaz ha lanzado guiños a Redondo ni la empresa privada parece querer ficharle porque entienden que si Moncloa no le tiene aprecio, no podrán precisamente engrasar la relación con la administración pública.