Si estás pensando en comprarte un Land Rover, este es el «calvario» que te podría esperar

Imagínese que va a ser padre o madre por tercera vez y con la alegría de la noticia decide acudir a un concesionario para comprar un coche más grande (de unos 50.000 euros) para disfrutarlo en familia. Ahora imagínese que al sacar el vehículo de la casa, le falla el motor entero y se quedan su coche 40 días para repararlo. Y tras esto, añádale que el otro coche de la familia, de la misma marca, también ha presentado tantos fallos que incluso cuando lo va a lavar para venderlo le revienta el depósito de combustible. Pues bien, puede parecer un error puntual, pero parece que la casa Land Rover está presentando más problemas de los deseados. Nadie se explica de dónde proviene la aparentemente «buena» fama de esta marca inglesa. Y menos cuando Land Rover lidera el ranking de la OCU sobre los coches menos fiables del mercado y que más averías tienen. Pero lo cierto es que incluso los mecánicos advierten que comprar ahora un Land Rover es una mala decisión que te puede salir muy cara.

Hemos cogido la historia de un cliente al que llamaremos J.M. para ilustrar el infierno en el que se puede convertir su vida si decide comprarse un Land Rover. No hablamos de esos pocos modelos que sí dieron algo de oxígeno a la marca (como el Defender clásico o el Range Rover de los 90); hablamos de los nuevos, esos que parecen «evoluciones» de ese Evoque que salvó una marca a punto de caer en la quiebra.

La historia de J.M. no es nueva. Son muchos los propietarios de Land Rover que han acudido con miles de problemas a un taller mecánico a intentar buscarle una solución. Los Land Rover dan muchos (pero que muchos) problemas y así lo acredita el conocido mecánico Ángel Gaitán. Se venden como marca premium, te cobran por un coche entre 50.000 y 100.000 euros y luego el resultado es que un Dacia Sandero, que vale diez veces menos, humilla en fiabilidad a los Land Rover en el ranking de la OCU. El caso de J.M. empieza con la compra de un Range Rover Velar, probablemente el coche más llamativo de la marca inglesa. Y tras gastarse en un concesionario Land Rover de Madrid más de 60.000 euros, el infierno de J.M empezó a cobrar forma.

Con tan solo 65.000 kilómetros, el coche circulaba por la autopista cuando de repente sonó un estallido y la carretera se llenó de un humo blanco que cegaba a todos los coches que circulaban por la calzada. Se había roto el turbo. Pero no había sido una avería sencilla, no. Había reventado la pieza. Por añadir color a la historia, J.M. relata que un bombero que circulaba detrás de él paró y le comentó que de los Land Rover que tenían en el parque, la mayoría estaban «siempre en el taller». Pero esto no es más que una anécdota. Volviendo a la historia de J.M., tras la avería, el concesionario respondió que había que cambiar el turbo (una avería de más de 5.000€) y que el coche quedaría como nuevo. Pero como se puede esperar el lector, no fue así para nada. Aún quedaba mucho infierno por recorrer.

Ante una avería así con un coche que vale más de 60.000 euros con tan solo 65.000 kilómetros, uno puede esperar que la marca se hiciera cargo del importe total de la avería, pero tampoco fue así. La garantía de tres años había caducado hacía pocos meses y pese a que el concesionario intentó que Land Rover se hiciera cargo, J.M. recibió una factura de 3.300 euros. Se hicieron cargo de parte, pero no de todo. Hubo, según detalla «la víctima» de la marca, quien deslizó que la avería que les dejó tirados estaba relacionada con que se le había pasado el cambio de aceite un puñado de kilómetros. Pero la afirmación no tuvo demasiado recorrido por el sinsentido de la misma.

Esto en cuanto al Velar, ya vendido. Pero lo peor estaba por salir con el segundo Land Rover que el cliente decidió comprar (a la par que tenía el Velar) cuando su mujer se quedó embarazada. J. M., antes de que estallaran los problemas graves con el anterior coche, decidió depositar su confianza de nuevo en Land Rover y se compró un Discovery. Más plazas y más espacio en un modelo vendido por la propia casa que había pasado todas las revisiones con ella. Sin embargo, el delirio se apoderó del motor de este coche cuando empezó a fallar por primera vez.

«El vehículo desde el principio nos dio problemas, se calaba, se quedaba sin fuerza, daba error en el sistema de carga, entra aire por la ventana del conductor, al subir la ventana se desencajaba la modura», detalla J. M. en una carta que envió a la marca. Esto al principio. Pero a medida que cogían el coche, los riesgos se disparaban. Tras estos fallos, el taller pidió que le llevaran el coche, con la mala suerte que antes de hacerlo el Land Rover Discovery les dejó tirados a J.M. y a su mujer embarazada, así como a las niñas en medio de la carretera. 40 días después, el concesionario aseguró que el coche había sido arreglado. Pero esto no era realidad. El coche seguiría dando problemas.

Se había roto todo el depósito sin ninguna razón aparente

J.M., tras ver que la marca de coches inglesa no era de fiar (o que por lo menos no había tenido suerte con los modelos elegidos), decidió acudir a una gasolinera a lavar el coche para ponerlo a la venta y quitárselo de encima. El avisaba en su anuncio de todo lo que le había pasado al coche y detallaba que tenía aún garantía por varios años. Sin embargo, J. M. no quería más problemas y fue a lavar el coche para hacerle las fotos y ponerlo a la venta. El problema y la gran sorpresa vino cuando, mientras lo lavaba, vio que el coche echaba todo el combustible por la parte inferior. Se había roto todo el depósito sin ninguna razón aparente (ni golpes ni nada similar). Esta situación llama la atención de muchos, entre los que están el mecánico Ángel Gaitán, quien asegura no sorprenderse por este tipo de casos. A él es al primero al que «le entran» muchos Land Rover por fallos de motor que no deberían, a priori, dar coches de ese importe. El servicio postventa y la falta de profesionales, a ojos de Gaitán, parece haber hecho mella en en la calidad de la marca. Land Rover camina por una senda complicada. Quién sabe dónde acabará de aquí a dos años.

LA OPINIÓN DE LOS MECÁNICOS

Si hay alguien que puede dar una opinión fundada de esta situación que atraviesa Land Rover y sobre la fiabilidad de estos vehículos ese es el mecánico Ángel Gaitán. Este profesional es reconocido en el sector, pero es que sus vídeos y su profesionalidad han triunfado en las redes sociales como TikTok donde ya cuenta con más de 328.000 seguidores. Este mecánico es gerente de GT Solution Automotive y recibe al día decenas de coches, por lo que tiene una opinión bien fundada sobre la calidad de estos motores y sobretodo sobre la fiabilidad de los mismos. Su opinión sobre Land Rover no es necesariamente buena. Él argumenta que no quiere hablar mal de ninguna marca, pero se siente obligado a reconocer que con Land Rover hay un problema, al menos, desde 2016. La fiabilidad de los modelos de la marca inglesa está en entredicho y Gaitán no se siente con el aval suficiente como para contradecir esta afirmación.

«Tengo la percepción de que es una marca que va cuesta abajo. Pero sin frenos. El principal problema que tienen aquí es, como en casi todas las marcas, el mal servicio técnico, la mala posventa», asegura Gaitán en referencia a Land Rover. «Por la experiencia que tengo, desde el 2016 es cuando yo estoy empezando a ver un problema más grave en esta marca. Se lo achaco al tema de la fusión, de la reestructuración, del personal y, en definitiva, a todos los cambios grandes que sufrió la marca con el cierre de Rover», detalla el mecánico de Aranjuez.