La Audiencia de Granada ha condenado a cuatro años y nueve meses de prisión a un hombre como autor de un delito de homicidio por matar a su tío, el 26 de abril de 2020, de una puñalada en el corazón tras una discusión en la vivienda donde residían en la capital, hechos que el acusado aceptó como ciertos al inicio del juicio aceptando esta pena.
El acusado vivía junto a su abuela y el hijo de ella, y la convivencia se había tornado «conflictiva», al mostrarse el ahora fallecido muy agresivo con ellos, «a los que no cesaba de amenazar, llegando incluso a agredirlos en varias ocasiones y despreciando el estado físico» del acusado, que se encontraba en el domicilio convaleciente de una operación de cáncer de garganta.
En la sentencia de conformidad dictada por la Sección Primera de la Audiencia Provincial, se considera probado que el día del crimen, la víctima se fue a sacar a los perros cerrando la puerta de un portazo, algo que le recriminó su madre. Reaccionó poniéndose «muy agresivo» como «era habitual» insultándola tanto a ella como a su sobrino, que estaba en el sofá, y le acusó de ser «el culpable» de todo lo que pasaba.
Así, sin mediar palabra, empezó a darle puñetazos a su sobrino en el pecho y en la garganta, donde había sido operado. Llegó a coger una candelabro para intentar golpearle en la cabeza, pero la mujer medió y acabó en el suelo tras ser golpeada por su hijo.
En ese momento, el acusado se levantó del sofá y se fue hasta la cocina, de donde cogió un cuchillo de 32,7 centímetros de longitud y regresó para enfrentarse a su tío, mientras su abuela continuaba en el suelo. Ambos se golpearon dentro de la vivienda y continuaron fuera, junto al portal, donde el acusado dio una puñalada a su tío en el pecho, a la altura del corazón. Ya en la calle, ambos se separaron y tras breves instantes, como consecuencia de la puñalada, la víctima cayó al suelo muerto. El acusado entró a continuación en la vivienda y lavó el cuchillo, que posteriormente sería recogido por la policía dentro del fregadero.