Los obispos aragoneses se reúnen con el Papa Francisco

Los obispos aragoneses se han reunido esta semana con el Papa Francisco, dentro de la visita Ad Limina Apostolorum que realizan a Roma y que finalizará este sábado 18 de diciembre.

Hasta la Santa Sede se han trasladado el arzobispo de Zaragoza, monseñor Carlos Escribano; el de Barbastro-Monzón, monseñor Ángel Pérez Pueyo; el de Huesca y de Jaca, monseñor Julián Ruiz; el obispo de Teruel y Albarracín, monseñor José Antonio Satué, y el obispo de Tarazona, monseñor Eusebio Hernández Sola.

Este último, ha contado que este jueves, a las 10.30 horas, se han reunido con el Santo Padre, con quien ha estado algo más de dos horas. Antes del inicio de la reunión, el Papa ha recibido y saludado personalmente a cada uno de los prelados, ha informado la web Iglesia en Aragón.

Por su parte, el arzobispo de Zaragoza, monseñor Carlos Escribano, ha indicado que Francisco se ha mostrado, «como siempre», con una actitud de «padre cercano, con una gran capacidad de comprender a nuestra gente, lo que da una ilusión muy grande».

Monseñor Escribano ha mostrado su satisfacción por el tiempo de conversación «distendida y amable» con el Pontífice, en lo que ha sido un encuentro «fraterno y afectuoso» que da fuerza «para seguir trabajando en pos de una mejor evangelización en nuestra tierra de Aragón».

Ha recalcado que los obispos «salimos fortalecidos con los ánimos del Papa, que nos ha pedido que transmitamos su cariño, cercanía y bendición a los aragoneses que viven su fe». También ha destacado el clima de «alegría y esperanza» que se está viviendo durante toda la semana, a pesar de la «intensidad» de unas jornadas en las que están visitando los distintos organismos vaticanos.

Además, como signo de cercanía y comunión con el Santo Padre, los obispos están celebrando cada día la eucaristía en una de las grandes basílicas romanas, como San Pedro, San Juan de Letrán, Santa María la Mayor y San Pablo Extramuros.

CORDIALIDAD

El obispo de Tarazona, monseñor Eusebio Hernández, se ha mostrado muy satisfecho de cómo ha transcurrido el encuentro con el Santo Padre. «Se han tratado muchos temas importantes sobre España o la sinodalidad», ha dicho, al tiempo que ha destacado la cercanía y la cordialidad con la que Francisco se ha dirigido a los prelados españoles. «Hemos podido preguntarle sobre cualquier cuestión sin problema y los obispos hemos hablado con total libertad».

Una de las cuestiones tratadas ha sido la situación de los sacerdotes y la «cercanía» que necesitan «para ser conscientes de sus problemas, acrecentados por la pandemia, así como del sufrimiento que puedan padecer». Se ha hablado también de la necesidad de acompañarles en su soledad. «Los obispos tenemos que mostrarnos cercanos a nuestros hermanos sacerdotes y prestarnos a lo que ellos nos pidan y necesiten», ha continuado el prelado turiasonense.

Ya por la tarde, la visita ha continuado con las reuniones en las Congregaciones de Vida Consagrada y de Nueva Evangelización en las que se han puesto de manifiesto inquietudes y propuestas diversas, como las dificultades que atraviesan los distintos monasterios ante la falta de vocaciones o la importancia de la catequesis en todos los niveles.

Monseñor Hernández ha remarcado el ambiente de gran cordialidad y fraternidad entre los obispos participantes y la intensidad de reuniones y trabajo. Así, durante toda esta semana, los obispos están pasando por los distintos dicasterios de la curia romana: Desarrollo Humano Integral, Doctrina de la Fe, Clero, Institutos de Vida Consagrada, Educación Católica, Culto Divino, Laicos, Nueva Evangelización, Familia y Vida, Comunicación y la Secretaría de Estado, entre otros. También han estado en el de Obispos o el del Clero.

El obispo de Tarazona ha tenido ocasión de reunirse dos veces con el Papa en una semana. Además de esta visita Ad Limina, días antes ha participado en la Asamblea plenaria de la Vida Consagrada, de la que es miembro.

VISITA AD LIMINA

La visita Ad Limina es la que todos los obispos católicos deben hacer, cada cinco años, a Roma. Comprende la peregrinación a las tumbas de los apóstoles Pedro y Pablo como expresión de comunión eclesial y el encuentro con el Papa como sucesor de san Pedro. Incluye también informar sobre la situación de la Iglesia en la diócesis que cada obispo tiene encomendada.

El papa Francisco se había visto obligado a suspender estas visitas a causa de la situación provocada por la pandemia del coronavirus, si bien el pasado mes de septiembre ha podido retomarlas.