Sánchez cosecha el rechazo de todos con la obligación del uso de mascarilla en exteriores

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha conseguido lo que parecía imposible: que la izquierda y la derecha española se unan a la hora de rechazar sus medidas. Todos coinciden en que la intención del líder socialista de aplicar este jueves un decretazo para que la mascarilla sea obligatoria bajo pena de multa en los espacios exteriores es una medida absurda que no responde a ningún criterio científico. Desde Mónica García de Más Madrid hasta Santiago Abascal de Vox están de acuerdo con que este decretazo es un sinsentido si se pretende con ello frenar la sexta ola. Aún así, el presidente, tras reunirse con los demás presidentes autonómicos, ha cedido a las demandas de los conocidos como «yonkis» de las restricciones. El presidente ha conseguido el rechazo de prácticamente todas las sensibilidades políticas a las puertas de las Navidades, por no hablar del sentir en la calle.

El presidente ha anunciado que habrá matizaciones y excepciones en el uso obligatorio de las mascarillas. Aún así, la tendencia es la de aplicar más restricciones e imponer el uso obligatorio de la mascarilla en espacios abiertos. El presidente del Gobierno entiende que el tapabocas es una «herramienta eficaz» y ha insistido en que será por completo obligatoria en la medida de lo «razonable». Lo hace porque Sánchez ha asegurado que la medida ha sido reclamada por una «amplísima mayoría» de los presidentes.

ponerse la mascarilla al aire libre tiene costos importantes y realmente no hay evidencias de sus beneficios

El PSOE no se esperaba esta reacción. Sánchez, al ceder a las demandas de presidentes autonómicos como Ximo Puig o Alberto Núñez Feijoo, no consideraba que se fuera a recibir de una forma tan agresiva la obligación de usar la mascarilla en exteriores. Los estudios científicos dejan claro que no tiene mucho sentido obsesionarse con esto cuando los contagios se producen en otros contextos. El epidemiólogo Marc Lipsitch, director del Centro de Dinámicas de las Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Harvard (EE UU) es uno de ellos. “Generalmente soy muy radical en la defensa de las normas con un beneficio claro, pero ponerse la mascarilla al aire libre tiene costos importantes y realmente no hay evidencias de sus beneficios”, aseguró en abril.

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En los gráficos se puede ver cómo evolucionan los contagios y los ingresos en UCI en la Comunidad de Madrid relación con el año anterior. Esto se lanza para ver si es justificable el lanzar una medida tan radical como el uso obligatorio de mascarilla en exteriores, aunque poco le ha importado a un presidente que dice haber obedecido la demanda de los presidentes autonómicos.

Este es solo uno de los comentarios, pues se han hecho varios estudios científicos que dejan claro que esto no es una medida que contribuya de forma activa a frenar los contagios. Se hablaba de que con la vacunación no sería necesaria la vuelta de la mascarilla en la calle y Sánchez ha reaccionado de una forma poco profesional, según critican desde la oposición. Lo cierto es que, tras dos dosis y el 80% de la población con la pauta completa, ómicron se ha escapado y ha generado una buena cantidad de positivos. Pero la población no ha recibido de buena gana una medida que consideran absurda.

«En contra del criterio de los expertos, nos imponen de nuevo la mascarilla en exteriores. Por acuerdo PP-PSOE. ¡Contraten de nuevo a los sanitarios despedidos en toda España! Den a los españoles soldados para esta guerra y no bozales», ha mencionado la candidata de Vox para Andalucía Macarena Olona. Una frase que tiene mucho que ver en el fondo con la de Mónica García, diputada de la Asamblea y líder de Más Madrid. «Solo hay una cosa peor que no tomar medidas: tomar medidas inútiles», ha detallado García.

La izquierda ha estallado en bloque contra Sánchez. También periodistas progresistas y conocidos representantes como Ruben Sánchez. «No me pienso poner la mascarilla en la puta calle (nunca me meto en aglomeraciones) Es ya cuestión de principios. Con tres dosis y si no hay densidad de gente…como si tengo que ir a los tribunales. No aguanto las tonterías ni que me usen para lavarse la conciencia», ha asegurado la periodista Elisa Beni. «Ponernos la mascarilla al aire libre cuando no hay nadie cerca y quitárnosla en el interior de bares atestados de gente. Un plan sin fisuras», ha comentado Rubén Sánchez. «Quiero creer que se va a rectificar lo de la mascarilla en exteriores, porque ya es jugar con la paciencia de la gente hasta unos límites insultantes», asegura Quique Peinado.

Las reacciones han sido en bloque y han dejado al Gobierno a la altura del betún en cuanto a su capacidad para frenar la pandemia. Se ha exigido mucho a los españoles y a las españolas y la consecuencia directa ha sido la de que se han rebelado en la medida que han podido.

«Pedro Sánchez anunciará mañana que se recupera la mascarilla en exteriores. Con presidentes autonómicos recortando en rastreadores y personal sanitario esto es reírse de la gente», ha comentado el conocido tuitero Gerardo Tecé. «Llevar mascarilla para andar por la calle tiene el mismo efecto contra el COVID-19 que sacrificar doscientas cabras. Pero en la sociedad que odia la razón y abraza la superstición todo es posible. El PSOE y el PP (Feijoó, Bonilla y Mañueco) son los nuevos chamanes», ha insistido Jano García.