sábado, 4 mayo 2024

Malestar en Génova con Feijoo por liderar la exigencia de la vuelta de la mascarilla en exteriores

Los presidentes de Andalucía y Galicia, Juan Manuel Moreno Bonilla y Alberto Núñez Feijoo, están obsesionados con diferenciarse de la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso. Tanto, que con tal de no abrazar el discurso de la líder de la Comunidad de Madrid, tanto Moreno Bonilla como Feijoo se han echado en brazos de las tesis más alarmistas para afrontar la pandemia y han sido de los primeros en exigir la mascarilla en exteriores a pesar de que no hay un firme aval científico de que funcione. En Génova no tienen claro qué decir, pero sí que no pueden ir de la mano de Pedro Sánchez. Y más cuando todos casi todos los grupos políticos (desde Más Madrid en boca de Mónica García hasta Vox) están completamente en contra de la obligatoriedad de llevar mascarilla en exteriores. Para el aparato del partido no ha sido plato de buen gusto que dos barones tan relevantes como Moreno Bonilla o Feijoo se hayan echado en brazos de la estrategia «sanchista» para frenar el virus. Además, sospechan que lo han hecho precisamente por «diferenciarse» de Isabel Díaz Ayuso, su enemigo a batir.

El primer interesado en frenar a Ayuso es Pablo Casado. Sin embargo, en el partido entienden que la forma de hacerlo no puede ser la de abrazar las tesis sanchistas. Cuando el PP exigió a Pedro Sánchez que hiciera algo para frenar la sexta ola, se referían a invertir recursos, no a establecer prohibiciones superficiales que no tienen aval de ningún tipo. Sin embargo, fuentes del partido explican que se han sentido en cierto modo «traicionados» cuando Feijoo y Moreno Bonilla exigieron en la conferencia de presidentes que se volviera al uso de la mascarilla obligatoria. Y más cuando han salido al atril de sus respectivas comunidades autónomas a defender que es una medida eficiente cuando no hay nadie con autoridad sanitaria o científica que lo respalde.

El propio presidente intentó recular a última hora. Aunque al final se ha impuesto en ciudad el uso de la mascarilla en exteriores. La realidad es que el líder socialista ha cedido a las exigencias de algunos presidentes autonómicos entre los que no estaba Ayuso. Pero lo que no ha sentado bien a la cúpula del partido es que hayan sido Moreno Bonilla y Feijoo quienes han llevado la iniciativa a la hora de exigir al presidente del Gobierno que imponga de nuevo la obligación de llevar mascarilla en exteriores. Una vuelta a empezar que ha tenido un rechazo mayoritario entre la población porque se entiende, tal y como han deslizado la mayoría de los partido, que si la pandemia está desbocada no es precisamente por el hecho de que no se use el tapabocas en la calle o no, sino que priman otras cuestiones como el rastreo, la localización de positivos o los recursos que se invierten en sanidad.

Moreno Bonilla fue más discreto, pero Feijoo fue el más radical a la hora de defender que la mejor forma de frenar a la variante ómicron era con la mascarilla en exteriores. Este «sinsentido» no ha gustado en Génova porque ahora ven cómo se filtran todo tipo de informaciones que culpan a un barón popular de haber instigado la vuelta a la mascarilla en exteriores. Sánchez hizo caso de una demanda que vino del PP. Y esto en Génova no ha sentado demasiado bien. El PP no puede estar en estas polémicas, a ojos del partido, por mucho que consideren que hagan apuestas personales. Ahora hay que medir las palabras en cada momento porque los partidos entran en un año electoral.

Que Feijoo y Moreno Bonilla hayan «comprado» el argumento de las mascarillas es, a ojos del PP, un intento de diferenciarse, además, de la tesis de Ayuso. Esa misma que ha impulsado al Partido Popular. Casado no quiere entrar en polémicas independientemente de que comparta o no las tesis relacionadas con el uso de mascarilla en exteriores. Pero lo que tiene claro es que si ahora encabeza algunas de las encuestas es porque Ayuso arrasó en las elecciones con una forma de afrontar la pandemia sensiblemente distinta a la del resto. Y Moreno Bonilla y Feijoo compran el discurso contrario al de Ayuso.

La situación que ha incomodado al Partido Popular ha sido que los suyos hayan liderado una demanda que ha sido recibida por la población, por los partidos políticos y por la comunidad científica con cierto rechazo. Que las redes sociales ardan por la vuelta de la mascarilla en exteriores se podía esperar, pero que Feijoo y Moreno Bonilla compartan y lideren la estrategia que hunde a Sánchez en las encuestas por momentos y que genera el rechazo de todos los partidos (incluidos los de izquierdas) no es plato de buen gusto. Génova entiende que deben alejarse de esas polémicas. Una de las pocas virtudes de estar en la oposición, que se pueden medir los tiempos mejor que en el Gobierno.

Ayuso, por su parte, ha sido la única que se mantuvo firme en la conferencia de presidentes. No quería mascarilla en exteriores y lo escenificó con una fotografía en la que, manteniendo la distancia pertinente, no se puso la mascarilla. El resto de presidentes autonómicos o no se metió o se sumó a Feijoo en su demanda, pero nadie se quiso alinear con Ayuso porque les parecía que mantenía una posición algo agresiva…

LA PRESIDENTA

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, llevó a la Conferencia de Presidentes, que se celebró este miércoles de manera telemática, un mensaje de «tranquilidad» y pidió apostar por «la cultura del autocuidado» así como por las mismas medidas llevadas a cabo hasta el momento.

En rueda de prensa en la Asamblea de Madrid, tras la aprobación de los Presupuestos Regionales, ha indicado que tienen que ver qué propone el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, porque hasta el momento no han conocido «nada al respecto».

«Nosotros lo que sí que queremos llevar un mensaje de tranquilidad, no de relajación, porque no hay que restarle importancia, pero insisto sí de tranquilidad, vamos a promover la cultura del autocuidado y de ahondar en las mismas (medidas) que hemos llevado a cabo en olas anteriores», ha subrayado.