El aparato del Partido Popular tiene mucha confianza en Ángel Carromero, uno de los dirigentes populares más próximos a Pablo Casado y la mano derecha del alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida. El alcalde pasa por apuros porque no consigue los apoyos necesarios para sacar adelante las cuentas del Ayuntamiento de Madrid. Se ha sentido tentado por los concejales díscolos de Más Madrid, un grupo de «carmenistas» que ha tendido la mano a Almeida a cambio de concesiones, en más de una ocasión, pero la habilidad de Carromero para reconducir la situación ha evitado que el alcalde se echara en brazos de este grupo que tenía plateamientos que no gustaban al aparato del partido. El PP quiere un Almeida firme y que no se aproxime a las tesis más escoradas a la izquierda y en eso Carromero ha tenido una habilidad especial.
En Génova tienen claro que Carromero es alguien de plena confianza. De hecho, la mano derecha del alcalde es uno de los principales activos de la guerra interna del PP, aunque ahora este conflicto pase por un momento de calma. Algunos le conocían como uno de los fontaneros más eficientes de Casado en Nuevas Generaciones, pero ya no es tanto un «fontanero» dada la visibilidad que este alto cargo del Ayuntamiento ha cogido con el paso de los meses. Ahora Carromero es un activo fundamental que gestiona junto a Almeida el Ayuntamiento de Madrid y es él el artífice, según fuentes del partido, de que el regidor no haya vuelto a echarse en brazos de los concejales carmenistas para aprobar las cuentas. Algo por lo que se ha sentido muy tentado pero que finalmente no ha tenido recorrido.
Es preferible para Génova un adelanto electoral que otra batería de noticias como las que acusaban al alcalde de haberse traicionado a sí mismo con la revalidación de Madrid Central bajo el nombre de Madrid 360. Carromero lo sabe y ha sido el artífice de que el idilio entre Almeida y los concejales díscolos de Más Madrid no haya salido adelante una vez más. El problema es que por el camino se han dejado a Vox, que no quiere ver al alcalde ni en pintura después de lo ocurrido con Madrid Central y con los protocolos anticontaminación que aplica el alcalde, idénticos a los que aplicaba la exalcaldesa Manuela Carmena. Pero, con este gesto, Carromero ha conseguido más galones dentro de Génova. De hecho, le atribuyen a él que Almeida no se haya lanzado en brazos de los carmenistas.
Lo cierto es que Carromero se ha convertido en un peso pesado del partido no solo porque sea la mano derecha del alcalde. Si el director general quisiera, podría tener un papel mucho más predominante en el partido, pero prefiere mantenerse en un segundo plano. Pero la confianza que tiene Génova en él es evidente si se analizan otras cuestiones, tal y como detallan las fuentes. Carromero es el presidente comité electoral, por lo que es el encargado de firmar todas las candidaturas. Esto le da mucho poder porque si Carromero te pone la cruz, no tienes la capacidad de ir en ninguna lista electoral.
en la Asamblea hay algunos que supuran miedo por el hecho de que esta guerra interna les pase factura a nivel personal.
En el Partido Popular de Madrid son pocos los que no conocen a Carromero (por no decir ninguno). De hecho, en la Asamblea hay algunos que supuran miedo por el hecho de que esta guerra interna les pase factura a nivel personal. Y saben que si les pasa, el encargado de aplicar la sentencia será Carromero. Mejor pasar desapercibido que tener una posición activa en esta guerra interna que ha arrancado con la pretensión de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, de hacerse con el PP de Madrid.
Que Carromero tiene un papel fundamental en la guerra interna no es solo porque Génova tenga plena confianza en él, sino porque el encargado de frenar en seco a la presidenta autonómica, por orden directa de Casado, es el propio José Luis Martínez Almeida. Que el VIP de Carromero tenga la empresa de frenar a Ayuso y de arrebatarle el PP de Madrid para evitar que lo emplee como trampolín para hacerse con la presidencia del partido a nivel nacional coloca al fontanero popular en una situación comprometida, pero activa. Y de momento, no solo está inmiscuido en esta guerra, sino que se preocupa por mantener intacta la imagen de su alcalde evitando que llegue a acuerdos con los carmenistas. Pues tal y como detallan fuentes cercanas al regidor, Almeida se ha sentido muy tentado de llegar a un acuerdo con estos concejales díscolos. De hecho, estaba dispuesto a subir impuestos con tal de tener unas cuentas sólidas hasta las elecciones municipales de mayo de 2023.
Fuera el IBI o cualquier otra tasa, Almeida tenía intención de cometer ese mismo error que le lastra aún por haber dejado operativo Más Madrid. Según cuentan fuentes del Consistorio, el regidor aceptó con esta cuestión porque tenía miedo de que Europa impusiera una sanción económica a la capital por las emisiones de CO2, pero lo cierto es que a nivel interno quedó bastante señalado. Ahora ha sido su mano derecha quien le ha sacado del atolladero y desde Génova insisten: Carromero tendrá un papel fundamental en los años que vienen, y quizás no en el Ayuntamiento, sino en el Gobierno.