El rey emérito Juan Carlos I vuelve a España y se salta la cuarentena

El rey emérito ha vuelto a España durante la madrugada del pasado 27 de diciembre en un avión privado. Juan Carlos I aterrizó a las 2.00 de la madrugada en el aeropuerto de Cuatro Vientos sin previo aviso. Lo más curioso de la vuelta del emérito es que su llegada a España se ha producido durante el periodo de cuarentena que debía guardar tras la comida con el tenista Rafael Nadal, quien dio positivo en covid al día siguiente de su encuentro con Juan Carlos. El rey no ha querido hacer declaraciones. De hecho, su vuelta se ha guardado en secreto para evitar que los flashes de las cámaras cargaran de más polémica el regreso del monarca. La Casa Real ha guardado silencio pese a que ya mencionaron semanas atrás que su intención era que Juan Carlos I no se instalara en la Zarzuela. Por lo pronto, el emérito se ha trasladado a un lujoso hotel del centro de Madrid a la espera de que le busquen acomodo.

La noticia es que el emérito ha vuelto, pero lo más curioso es que lo ha hecho sin mascarilla y saltándose el periodo de cuarentena. A las dos de la madrugada, Juan Carlos I bajaba la escalerilla de un jet privado que, según fuentes consultadas, podría haber facilitado el mismísimo Rafa Nadal como «compensación» por haberle expuesto al riesgo de contagio tras una comida que tuvieron juntos. El avión no era de grandes dimensiones porque se buscaba pasar desapercibido, pero no han conseguido el efecto deseado dado que la llegada del emérito ha resonado con fuerza entre las Fuerzas Armadas y dentro del Ejecutivo, lugar desde donde se ha filtrado la llegada del rey.

La idea que tenía Juan Carlos I era la de volver a la Zarzuela, pero no parece que la Casa Real esté por la labor. Su llegada ha sido pactada mano a mano con el Ministerio de Exteriores de José Manuel Albares y con la propia Moncloa, pero una vez ha llegado el emérito, nadie tiene muy claro dónde pueden colocarle. Por el momento, el rey sigue instalado en un lujoso hotel del centro de Madrid a la espera de que alguien ofrezca algún «palacete» para que Juan Carlos pueda instalarse sin generar demasiadas fricciones en la vida pública. Uno de los posibles lugares donde el monarca podría ir y donde él mismo, según fuentes próximas a la negociación, se ha ofrecido a instalarse en el Palacio de las Marismillas, pero el propio presidente del Gobierno se ha negado a ceder su lugar de «veraneo».

El propio Mohammed bin Salman, jeque de Arabia Saudí, se ha ofrecido a pagarle las cuotas pendientes del hotel

El emérito está, por el momento, en Madrid centro a la espera de que le den una respuesta, pero nadie se atreve a cederle un inmueble público. El propio Mohammed bin Salman, jeque de Arabia Saudí, se ha ofrecido a pagarle las cuotas pendientes del hotel donde reside e incluso ha deslizado la posibilidad de financiarle la compra de algún palacete a las afueras de la M-30. El emérito, por lo pronto, guarda silencio y no quiere que su llegada haga más ruido del necesario. Por el momento, la suite del Hotel Wellington está reservada para Juan Carlos y cualquier acompañante que quiera llevar para no pasar solo este periodo de cuarentena. Eso sí, siempre con protección, pues la mascarilla es fundamental en tiempos de pandemia.

El Rey, entretanto, se ha mantenido en el más absoluto silencio porque no tiene claro qué decir por la vuelta de su padre sin previo aviso. La Casa Real ha rechazado por el momento enviar a los medios cualquier tipo de comunicado porque no saben cómo posicionarse. Rechazada la solicitud del propio emérito de ir a Doñana al palacete que tango gusta a Pedro Sánchez, al emérito se le reducen las posibilidades. Algunas fuentes destacan que es probable que el emérito se vea obligado a regresar a Arabia Saudí dado que nadie le facilita una casa de las dimensiones propias de un miembro de la Casa Real.

DE MOMENTO, SIN SUELDO

De lo que tampoco se ha hablado es de la retribución propia del monarca. El emérito asegura no tener dinero para poder vivir y ha solicitado a la Casa Real que le den una retribución mensual. El Rey no ha querido concederla, por el momento, y menos ante la llegada «con nocturnidad» de su padre. El emérito ha solicitado que, al menos, le paguen un salario de alrededor de 6.500 euros netos al mes para «ir tirando», pero no parece que nadie, a excepción del propio Mohammed bin Salman, esté por la labor de echar una mano a un rey que ha perdido su trabajo y no encuentra cómo reengancharse.

FELIZ DÍA DE LOS INOCENTES… Cualquier coincidencia con la realidad es pura casualidad. Esta noticia es una broma por el Día de los Inocentes.