Más de 10 entidades aragonesas expresan su apoyo al ministro Garzón

Más de diez entidades aragonesas comprometidas con la defensa del medio ambiente y el desarrollo sostenible de Aragón han expresado su apoyo al ministro de Consumo, Alberto Garzón, y han pedido al presidente autonómico, Javier Lambán, que pidió su dimisión, que rectifique.

Estas organizaciones han rechazado un modelo de agroindustrial «contaminante», que «explota» a los trabajadores, «provoca maltrato animal, contamina el agua, suelo y aire y agota los recursos naturales de nuestra comunidad de manera insostenible».

En una nota de prensa, han señalado que el ministro Garzón «no ha hecho más que constatar aquello que es defendido por la propia FAO –Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura– y la Comisión Europea, un modelo que se apoye en la ganadería extensiva y en el empleo de nuestro medio rural, en el acceso a alimentos sanos y que respete el medio ambiente».

Por eso, estas entidades han manifestado que sienten «vergüenza ajena» por las declaraciones del presidente Lambán en respuesta a la entrevista al Ministro de Consumo, «que no corresponden con lo publicado en The Guardian», en un asunto «que repercute en el medio rural, en el medio ambiente y en la salud de las personas».

Asimismo, han opinado que el presidente aragonés «se contradice» con las decisiones adoptadas por el propio Gobierno autonómico, ya que el Proyecto de Ley de protección y modernización de la agricultura familiar y del patrimonio agrario de Aragón «propone la protección y modernización de la agricultura familiar y del patrimonio agrario, tal como se especifica en el artículo 8», y limitar el tamaño y capacidad de explotaciones ganaderas intensivas.

A colación, han mencionado las declaraciones del Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (INAGA), que en junio 2020, en relación con Sabiñánigo, «admitía que limitar la ganadería industrial y las macrogranjas de porcino que llevan años expandiéndose por el territorio de la comunidad autónoma resulta beneficioso para el medio ambiente», mientras que en 2021, en referencia a Torralba, «el Gobierno de Aragón afirmara que la concentración en pocas manos de la ganadería industrial no favorece el modelo de agricultura familiar».

Las asociaciones firmantes de esta nota de prensa son Amigos de la Tierra, Asociación Naturalista de Aragón, Ecologistas en Acción Zaragoza, Plataforma Aragón hacia la Soberanía Alimentaria, Plataforma en Defensa de la Huerta de Zaragoza, Centro de Estudios Rurales y de Agricultura Internacional CERAI, Plataforma Loporzano sin Ganadería Intensiva, Plataforma Hoya de Huesca Viva, Plataforma Purines Pueblos Vivos, Coordinadora Stop Ganadería Industrial Aragón, Plataforma Aguas Vivas y Limpias de Teruel, Comité de Solidaridad Internacionalista de Aragón y Plataforma en Defensa de la Estepa del Huerva.

ARGUMENTOS

Estas entidades han rechazado el incremento de ganadería intensiva y de macrogranjas de porcino que se ha producido en todo Aragón, con un censo de 8.778.695 cabezas en 2020, casi la cuarta parte del censo del Estado, la región con mayor densidad de porcino de toda Europa, «en parte por la mayor permisividad existente en nuestro territorio respecto a otras comunidades u otros países europeos», han afirmado.

A su entender, este modelo no ha contribuido a fijar población en los pueblos y las macrogranjas son explotaciones muy automatizadas, que suelen requerir muy poca mano de obra «y con trabajos precarios y mal remunerados».

Además, han indicado que han aumentado los purines, «que exceden localmente la capacidad de las tierras para asimilarlo» y más de 90% de las masas de agua de la Cuenca del Ebro están con problemas de contaminación por nitratos.

«Nuestros continuos incumplimientos han provocado que en el mes de diciembre la Comisión Europea decidiera llevar a España, incluida Aragón, ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea por no haber tomado las medidas requeridas contra la contaminación por nitratos», han explicado.

También han mencionado otros problemas, como el uso de fármacos veterinarios, en especial de antibióticos, y la importación de forraje desde miles de kilómetros.