‘Arriba parias de la Ruber’: Carmen Calvo crítica la sanidad privada pese a su pasión por Muface

La Sanidad pública y la privada son dos grandes enfrentadas, los partidos políticos en función de su línea ideológica se decantan por una u otra. El PSOE siempre ha velado por la pública, con programas que buscaban la implantación de medidas para fortalecerla y asegurar unos servicios de calidad para todos los ciudadanos, según ellos mismos han defendido. Sin embargo, cuando los propios defensores de estas posturas, los políticos del partido socialista, tiene que echar manos de los servicios sanitarios, la cosa cambia. Así la diputada y presidenta de la Comisión de Igualdad del Congreso de los Diputados, acérrima defensora de Sanidad pública, ha criticado a la privada a pesar de que ella estuvo ingresada en la Clínica Ruber de Madrid, del sector privado, cuando se contagió de Covid-19.

Durante una entrevista, que ha tenido lugar en la mañana del martes, la exministra Calvo ha asegurado: «cuando nos dedicamos a desmontar la sanidad pública y a privatizarla, estamos desmontando igualdad, estamos desmontando posibilidades de igualdad». Con estas palabras ha criticado la diputada al sector privado de la salud, asegurando que el acceso a ella no es equitativo para todos. Sin embargo, cuando Calvo ha tenido que acudir al médico lo ha hecho a través de entidades privadas, es decir, ha recurrido a todo lo contrario a lo que su partido y ella misma ha defendido en múltiples ocasiones durante intervenciones públicas, a todo lo contrario a lo público.

Y es que, el pasado 23 de marzo de 2020, la diputada y presidenta de la Comisión de Igualdad tuvo que ser ingresada la Clínica privada Ruber de Madrid tras sufrir una infección respiratoria. Durante su ingreso, los profesionales médicos le practicaron diversas pruebas entre las que se encontraba el test de coronavirus, ya que en ese momento España se encontraba combatiendo la primera ola de la pandemia de Covid-19. El resultado de la prueba finalmente confirmó que la entonces vicepresidenta del Gobierno era positivo en el virus. En ese momento se convirtió en la tercera persona del Gobierno en contagiarse de Covid-19, después de que ministra de Igualdad, Irene Montero, y la entonces titular de Política Territorial y actual ministra de Sanidad, Carolina Darias, dieran también positivo.

Calvo ingresó en dicho centro sanitario gracias a los convenios que Muface tiene con esa clínica. Y es que Muface es la Mutualidad General de Funcionarios Civiles del Estado, se trata de un organismo público encargado de gestionar el mutualismo administrativo para el personal de la Administración civil del Estado, por ello, forman parte de esta entidad todos los funcionarios de carrera. Además, este mutualismo garantiza la percepción de un conjunto de prestaciones sanitarias y sociales a sus mutualistas. Este organismo cuenta con unos Servicios Centrales y una estructura territorial conformada por las Direcciones Provinciales, que cubre todo el territorio nacional.

Por otra parte, Muface cuenta con un modelo de asistencia mixto, lo que permite a sus clientes elegir libremente entre la asistencia sanitaria pública o privada. La exministra de Presidencia, al contrario de lo que previsiblemente debería elegir según sus posturas, optó por sector privado cuando se contagió de coronavirus. Calvo, prefiere este tipo de entidades cuando se trata de su propia salud, pero cuando se trata de medidas e iniciativas desde su formación, el PSOE, elige la pública.

Así, la diputada socialistas eligió un hospital privado cuando podría haber optado por la sanidad pública, ya que es una de las ventajas con las que cuentan los clientes de Muface. Pero Calvo al verse entre esta cuestión no dudo y prefirió optar por la sanidad privada para recuperarse, donde estuvo ingresada unos días. Una elección que en su momento no pasó desapercibida y que este martes, tras sus declaraciones durante una entrevista, han vuelto a salir.

Las redes sociales han hecho su magia y han criticado las palabras de la diputada acerca de la sanidad privada a la vez que le recordaban su pasado en ella, con su ingreso en la Clínica Ruber de Madrid. Unas afirmaciones que algunos han calificado de «hipócritas», dado que ella puede elegir a que tipo de institución, por su condición de funcionaria, acudir, y lo tiene claro, lo privado.