Que el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, es muy conservador no es un secreto en el seno del Gobierno. Pero que su equipo también lo es (y más que el ministro, en algunos casos), no es algo tan conocido. El secretario de Estado de Seguridad y antiguo jefe de gabinete de Marlaska, Rafael Pérez Ruiz, es un conocido magistrado conservador. De hecho, hay cierto malestar en Ferraz porque este juez ha asegurado en su círculo interno que comparte la tesis de Pablo Casado de que hay que «despolitizar la Justicia». De hecho, Rafael Pérez ha reconocido estar completamente de acuerdo con la reforma que plantea el PP y se siente en cierto modo «escandalizado» por la pretensión de Pedro Sánchez de meter mano en el Consejo General del Poder Judicial eligiendo a vocales afines. El secretario de Estado está con el PP en este punto. Y así lo ha reconocido repetidas veces en el propio ministerio.
Que en 2010 firmara un manifiesto junto a otros 1.500 jueces por la despolitización de la Justicia no es casualidad. Entonces, Rafael Pérez no tenía lazos con ningún Gobierno y estaba centrado en su labor como magistrado. Sin embargo, con el paso del tiempo Marlaska decidió llevárselo al Ministerio del Interior en calidad de jefe de gabinete. Aunque luego ascendería como la espuma gracias a la confianza del ministro.
Que el equipo de Marlaska es profundamente conservador no es un secreto dado que la tendencia ideológica del ministro es sobradamente conocida. La idea de Sánchez cuando le nombró tras ganar la moción de censura en 2018 era la de colocar a un buen equipo aparentemente de «tecnócratas» al frente de los ministerios, pero con el paso del tiempo el presidente del Ejecutivo ha vuelto a echarse en brazos de la «gente de partido» con la mala suerte de que algunos de estos primeros nombramientos que poca afinidad tienen con la formación siguen en el Ejecutivo.
El problema surge ahora cuando el secretario de Estado de Seguridad comenta de puertas hacia dentro y con su entorno que está completamente de acuerdo con la tesis de Pablo Casado y con la pretensión popular de iniciar una nueva Ley que evite que los partidos se repartan parte de los vocales que conforman el Consejo General del Poder Judicial. Rafael Pérez se mantiene en un papel discreto, pero ante los suyos reconoce estar de acuerdo con el PP. Tanto, que no maniobra para favorecer los intereses del partido, que en este caso son claros: renovar el CGPJ antes de que lleguen las elecciones generales que Pablo Casado tanto desea.
«el ministro del Interior tiene más afinidad ideológica con el PP»
El papel de Rafael Pérez, exjefe de gabinete de Marlaska y ahora secretario de Estado de Seguridad, en la renovación del CGPJ ha sido nulo. Pero lo poco que ha hecho ha sido en apoyo a las tesis del PP y a los magistrados conservadores, con los que mantiene relación. El PSOE entiende que no es parte del partido, pero desde Ferraz deslizan que le han cogido la matrícula porque no ha apoyado la tesis del partido que le ha puesto donde está. El equipo estrecho de Marlaska es conservador y desde el PSOE lo dejan claro: «el ministro del Interior tiene más afinidad ideológica con el PP, lo normal sería que fuera un ministro de Casado y no de Sánchez», detallan quienes conocen al ministro.
No es la primera vez que el Gobierno ha puesto en el punto de mira a Marlaska, aunque sí lo es en referencia a su equipo. Hasta ahora, nadie se había fijado demasiado en este magistrado que ha ascendido al amparo de Marlaska, pero que hayan trascendido sus comentarios en relación con las pretensiones del PSOE de renovar el CGPJ dejan claro que el partido está muy pendiente del nivel de «militancia» que presentan los altos cargos del Gobierno. En el pasado, Sánchez se ha planteado apartar a Marlaska del ministerio. Pero la falta de un sustituto claro salvó el cargo del magistrado. El de él y el de todo su equipo. Sin embargo, Ferraz no ve con buenos ojos a quienes no reman en la misma dirección que el presidente. Y menos si comentan entre los suyos que apoyan al Partido Popular.
No todos los jueces comparten la idea de que sean los propios magistrados los que elijan a los vocales. De hecho, para algunos esto ya es así. Los vocales que pueden elegir los partidos vienen de una bolsa elegida previamente por las asociaciones judiciales, principalmente, y los magistrados. Pero al margen de esto, hay quien piensa que sacar la capacidad del Congreso y del Senado de designar vocales atentaría contra la soberanía nacional porque nadie controlaría las decisiones de los jueces. Por no hablar de que sacarían con calzador la capacidad de la ciudadanía de participar en la designación de la composición del Consejo General del Poder Judicial. En cualquier caso, lo cierto es que la mayoría de los jueces sí quieren que salga adelante la ley del PP, tal y como se puede deducir de las últimas encuestas en este sentido. Y el secretario de Estado de Seguridad de Marlaska es un auténtico ‘hooligan’ de esta idea.