Las ventajas del alquiler de equipamiento tecnológico, renting con Bitarent

En las últimas décadas, las vidas están experimentando una transformación radical. Cada día surgen más industrias del sector digital que llegan para substituir a las tradicionales. Muchos de los trabajos que hoy se conocen desaparecerán y los que están por venir tendrán la tecnología en el centro de su actividad. Paralelamente, cada vez hay más generaciones nativas digitalmente que no conciben un mundo sin tecnología. Y es comprensible: resulta prácticamente imposible no utilizar algún dispositivo a lo largo del día, tanto en el ámbito personal como en el profesional.

Por este motivo, y teniendo en cuenta que los productos tecnológicos pueden ser caros, las empresas y los particulares necesitan nuevas formas de financiación, por lo que el alquiler de equipamiento tecnológico como el que ofrece Bitarent se está convirtiendo en una tendencia cada vez más frecuente.

Equipamientos tecnológicos al alcance de todos

El renting es una modalidad de alquiler que durante décadas ha gozado de gran éxito en el sector del automóvil. Una de las claves para su gran implantación en el mercado consistió en abaratar el precio final de vehículos nuevos mediante un alquiler en el que todo tipo de incidencia estaba cubierta por el concesionario o la empresa, y no corría a cuenta del cliente. Sus premisas eran ofrecer precios competitivos y comodidad en la gestión. Dos conceptos que el consumidor también suele buscar en otros servicios, como en el caso de los equipamientos tecnológicos, cuya importancia es central tanto en la vida profesional como en la privada.

Teniendo en cuenta este contexto, se puede definir el renting tecnológico como el alquiler de equipos a través de un contrato con un proveedor de servicios al que se le abona una cuota fija, dentro de la cual, además de la máquina, se incluyen todos sus servicios necesarios.

La empresa o el particular obtienen un dispositivo y sus herramientas durante un tiempo pactado y, además, tiene incluido servicios de mantenimiento, seguros y todo tipo de gestiones que sirven para solucionar cualquier problema. Los contratos varían en cada caso, como demuestra el hecho de que, en muchas ocasiones, finalizado el contrato, la empresa o el particular decide, sobre todo en dispositivos de alto coste, obtener en propiedad el equipamiento. Aunque siempre el fin último del renting es la renovación tecnológica permanente.

En España, donde hay tantas pymes, el renting tecnológico supone una alternativa para que tanto emprendedores como particulares puedan obtener las más punteras tecnologías a precios competitivos y sin tener que hacer un fuerte desembolso inicial.

Ventajas

En primer lugar, el ahorro: el alquiler de equipamiento tecnológico puede suponer un gran ahorro respecto a una adquisición que necesita de una fuerte inversión inicial. Con el renting, acceder a un dispositivo es posible con solo abonar una cuota mensual.

Por otro lado, la tecnología punta: la obsolescencia tecnológica es un concepto que ya forma parte del vocabulario habitual. Todos lo viven: no se puede actualizar el móvil, la televisión se ha quedado antigua, la cámara no tiene wifi. El renting asegura disponer de los dispositivos más novedosos del mercado. Además del mantenimiento: la rotura de la pantalla, un fallo en el sistema… El uso tiene como consecuencia la aparición de problemas que se escapan del control del usuario. La reparación, en muchas ocasiones, puede ser demasiado cara. Según lo estipulado en el contrato, la empresa de renting puede hacerse cargo del mantenimiento y de la reparación de los equipamientos.

Otra de las ventajas es la gestión: tanto para un particular, como para una empresa, tener una cuota fija puede suponer una forma de gestionar las finanzas pudiendo hacer un balance ideal entre gastos e ingresos. Y por último, las ventajas fiscales: las empresas pueden deducirse el impuesto de sociedades o la desgravación del IVA.

Los consejos de Bitarent

Firmar un contrato de renting supone adquirir ciertas responsabilidades para las que es importante que se tengan en cuenta algunos factores. El primer es el análisis. Es recomendable que antes de firmar un contrato se valoren las necesidades personales o empresariales. Habrá quién requiera la tecnología más puntera; mientras que otros tan solo busquen una gama media, pero con todo tipo de servicios complementarios. Por otro lado, el alquiler. El particular o la empresa ha de saber que el dispositivo no es de propiedad, por lo que solo lo podrá poseer al final del contrato si se ha podido pactar un valor residual de antemano. Y por último, el compromiso. El hecho de firmar un contrato supone acatar unas normas, por lo que, si se quiere cancelar de forma anticipada, pueden surgir consecuencias, como el abono de una penalización.