El Papa pide escuchar el malestar social ante la crisis económica generada por la pandemia

El Papa ha alertado de la «infodemia» provocada por la desconfianza hacia la información oficial por parte de la sociedad y ha pedido a la vida pública más escucha, en especial, ante el «malestar» creado por el cese de las actividades económicas» debido a la pandemia.

«Mucha desconfianza acumulada hacia la información oficial ha causado una ‘infodemia’, dentro de la cual es cada vez más difícil hacer creíble y transparente el mundo de la información», asegura el Pontífice en su Mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales que se ha hecho público este 24 de enero, día en el que se conmemora la celebración de la memoria de san Francisco de Sales, patrón de los periodistas.

«Escuchar es decisivo para un diálogo auténtico», señala Francisco para añadir que «la escucha está experimentando un nuevo e importante desarrollo en el campo comunicativo e informativo, a través de las diversas ofertas de podcast y chat audio, lo que confirma que escuchar sigue siendo esencial para la comunicación humana».

Para el Papa, la capacidad de escuchar a la sociedad es «sumamente preciosa en este tiempo herido por la larga pandemia». En este sentido, critica que «la falta de escucha», que se experimenta «en la vida cotidiana» y también «en la vida pública, en la que, a menudo, en lugar de oír al otro, lo que gusta es escucharse a uno mismo. Se trata de «síntoma», según ha afirmado el Papa, de que «más que la verdad y el bien, se busca el consenso» y que «más que a la escucha, se está atento a la audiencia».

«La buena comunicación, en cambio, no trata de impresionar al público con un comentario ingenioso dirigido a ridiculizar al interlocutor, sino que presta atención a las razones del otro y trata de hacer que se comprenda la complejidad de la realidad», reflexiona.

Por ello, insta a «disponer el oído y escuchar en profundidad» especialmente «el malestar social acrecentado por la disminución o el cese de muchas actividades económicas».

A los que ejercen el periodismo, advierte de que «no se comunica si antes no se ha escuchado y no se hace buen periodismo sin la capacidad de escuchar». Por ello, señala que «para ofrecer una información sólida, equilibrada y completa es necesario haber escuchado durante largo tiempo» del mismo modo que «para contar un evento o describir una realidad en un reportaje es esencial haber sabido escuchar, dispuestos también a cambiar de idea, a modificar las propias hipótesis de partida».

El Papa define también en su mensaje la labor de los periodistas en los artículos y reportajes que hablan sobre las migraciones al señalar que pueden servir «para vencer los prejuicios sobre los migrantes y ablandar la dureza de nuestros corazones, sería necesario tratar de escuchar sus historias, dar un nombre y una historia a cada uno de ellos».

«Muchos buenos periodistas ya lo hacen. Y muchos otros lo harían si pudieran. ¡Alentémoslos! ¡Escuchemos estas historias! Después, cada uno será libre de sostener las políticas migratorias que considere más adecuadas para su país. Pero, en cualquier caso, ante nuestros ojos ya no tendremos números o invasores peligrosos, sino rostros e historias de personas concretas, miradas, esperanzas, sufrimientos de hombres y mujeres que hay que escuchar», afirma.

Además, el Papa también destaca que «es triste cuando, también en la Iglesia, se forman bandos ideológicos, la escucha desaparece y su lugar lo ocupan contraposiciones estériles».