La demanda de viajes aéreos cayó un 54% en 2021 con respecto a hace dos años, a pesar de la recuperación experimentada durante el ejercicio pasado, según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA).
El director general de IATA, Willie Walsh, ha destacado que la demanda general de viajes se fortaleció en 2021 y que esta tendencia continuó hasta diciembre, a pesar de las restricciones de viaje frente a ómicron, lo que, en su opinión, «dice mucho sobre la fuerza de la confianza de los pasajeros y el deseo de viajar».
«El desafío para 2022 es reforzar esa confianza normalizando los viajes. Si bien los viajes internacionales están lejos de ser normales en muchas partes del mundo, existe un impulso en la dirección correcta», ha añadido.
CAÍDA DE LOS VIAJES INTERNACIONALES
El mayor descenso continúa produciéndose en la demanda de pasajeros internacionales, que fue un 75,5% inferior a la del mismo periodo 2019 y con un factor de ocupación del 58%, cayendo 24 puntos porcentuales.
De su lado, la demanda aérea nacional total descendió un 28,2% respecto a los niveles de 2019, mientras que el factor de ocupación cayó 9,3 puntos porcentuales, hasta el 74,3%.
En diciembre, el tráfico total estuvo un 45,1% por debajo del mismo mes de 2019, mejorando desde la contracción del 47% en noviembre, ya que la demanda mensual continuó recuperándose a pesar de las preocupaciones sobre ómicron.
IATA ha señalado que las restricciones de viaje por la nueva cepa del Covid retrasaron la recuperación de la demanda internacional en unas dos semanas en diciembre: «Sin ómicron, hubiéramos esperado que la demanda internacional para el mes de diciembre mejorara a alrededor de un 56,5% por debajo de los niveles de 2019».
POR REGIONES
Sobre las restricciones de viajes, Walsh ha avisado a los gobiernos de que «ya es hora de que evolucionen sus respuestas lejos de las restricciones de viaje que repetidamente han demostrado ser ineficaces para prevenir la propagación de la enfermedad, pero que infligen un daño enorme sobre las vidas y economías de los países».
Como solución, Walsh ha señalado que se deberían centrar en desarrollar la inmunidad de la población y dejar de colocar barreras de viaje en el camino del regreso a la normalidad.
Por zonas, el tráfico internacional de 2021 de las aerolíneas de Asia-Pacífico fue el que más cayó, un 93,2% en comparación con 2019. La capacidad decreció un 84,9% y el factor de ocupación bajó 44,3 puntos porcentuales, hasta el 36,5%, el más bajo entre las regiones.
Por parte de los operadores europeos, su tráfico internacional disminuyó un 67,6% respecto a 2019, mientras que la capacidad bajó un 57,4% y el factor de ocupación se contrajo hasta el 65%.
Las aerolíneas de Oriente Medio registraron una disminución de demanda del 71,6% en 2021 respecto a 2019, por debajo de las aerolíneas norteamericanas y las latinoamericanas, cuyo tráfico internacional se redujo un 65,6% y un 66,9%, respectivamente.
En África, el tráfico de las aerolíneas se contrajo un 65,2% respecto a hace dos años, lo que fue el mejor dato en todas las regiones.
LA DEMANDA DE CARGA AÉREA CRECIÓ UN 6,9%
La demanda de carga aérea creció un 6,9% en 2021 en comparación con hace dos años, lo que significa el mayor incremento después del aumento del 20,6% experimentado en 2010.
Según IATA, la falta de capacidad disponible contribuyó a aumentar los rendimientos y los ingresos, brindando apoyo a las aerolíneas y algunos servicios de pasajeros de larga distancia ante el colapso de los ingresos por pasajeros.
Para Walsh, la carga aérea tuvo «un año estelar en 2021». Sin embargo, ha lamentado que se perdieron oportunidades de crecimiento debido a las presiones de la escasez de mano de obra y las limitaciones en todo el sistema logístico.
Por regiones, las aerolíneas norteamericanas aumentaron un 20,2% la demanda de carga aérea internacional en 2021 en comparación con 2019. Las compañías aéreas de Oriente Medio registraron un crecimiento del 10,6%, mientras que la demanda de las aerolíneas europeas subió un 3,6%.
Además, las aerolíneas de Asia-Pacífico informaron de un aumento del 3,6%, mientras que las latinoamericanas contabilizaron el único descenso de todas las regiones, con un 15,2% menos.