El Gobierno prevé arañar 10.000 millones más con la gasolina y el PP prepara una ofensiva legal

El Gobierno ha declarado la guerra al coche privado. La excusa es que contamina y que hay que acercarse a un horizonte ecologista. La realidad es que el presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta Teresa Ribera han visto en el carburante un nicho donde rascar 10.000 millones de euros anuales más para cuadrar las cuentas. Es una cuestión de balance. Sánchez quiere gastar mucho dinero en subvenciones pero necesita acortar el objetivo de déficit, muy vigilado por Europa. Y mientras Sánchez prevé elevar los impuestos de la gasolina y el diésel, además de implantar peajes obligatorios en todas las carreteras, el Partido Popular prepara una contraofensiva para sacar votos de los conductores privados.

Ahora mismo, el 54% del precio del litro de la gasolina son impuestos. Con el diésel es similar, un 46%. Sin embargo, esto no parece suficiente para Sánchez. Con la excusa de la transición ecológica, el Gobierno prevé recaudar 10.000 millones de euros anuales más mediante las tasas que gravan los carburantes. Poco preocupa que esto pueda repercutir en el precio final de muchos productos de primera necesidad (ya que, según los economistas, si sube el coste del transporte, sube el precio final del producto) o que los conductores privados tendrán que arañarse el bolsillo para poder moverse. La realidad es que el objetivo de déficit presiona a un Ejecutivo que quiere disparar el gasto público a un año de las elecciones generales (eso siempre que no se adelanten). Sin embargo, el PP espera utilizar esta coyuntura para defender al conductor particular.

El Gobierno recauda por los impuestos a los carburantes algo más de 21.000 millones de euros anuales

El Gobierno recauda por los impuestos a los carburantes algo más de 21.000 millones de euros anuales. La idea es acercarse a los 30.000 millones. Al mismo tiempo que el Ministerio de Transportes, el de Hacienda y el de Transición Ecológica se ponen de acuerdo para subir el porcentaje de impuestos que afecta a la gasolina y el diésel, Sánchez busca la forma de aumentar la inversión pública de cara a las elecciones. Un ejemplo es que el presidente del Ejecutivo ha anunciado esta semana pasada que actualizará las pensiones y que se gastará 6.500 millones de euros anuales adicionales para mantener el poder adquisitivo de los jubilados. Resumen, se rasca por un lado para gastar por otro.

Y a todo esto hay que añadirle los peajes obligatorios. Con esta medida que se definirá por completo en febrero de este año el Ejecutivo prevé recaudar un pellizco de 1.500 millones de euros anuales adicionales. Esto en el año en el que el Ejecutivo ha obtenido un récord de recaudación. Si sumamos las dos medidas, Sánchez tendrá de cara a Europa más crédito para impulsar la inversión pública. Si coges tu coche pagarás la campaña electoral en forma de inversión pública de Sánchez. Al menos este es el resumen que se hacen desde el PP.

La buena noticia para el Partido Popular en este contexto es que se le abre un nicho de voto. De hecho, el PP cree que Pablo Casado cogerá de aquí a poco el toro por los cuernos para defender el coche privado y evitar que se acose mediante una buena batería de impuestos a cualquiera que tenga un coche de combustión o que quiera circular con su vehículo por una autopista o autovía. Casado ya ha asegurado en más de una ocasión que no está en absoluto de acuerdo con la política recaudatoria de Sánchez. Pero ahora parece que el presidente del Gobierno se lo está poniendo fácil a Casado y le está enseñando el camino a seguir.

«La gasolina y el diésel marcan precios de récord» y que «la luz no frena la subida y sigue registrando cifras históricas», aseguró Casado. Esta semana, el litro de gasolina volvía a rozar máximos solo comparables a países como Suiza. «El Gobierno sube la cuota de los autónomos y confirma que impondrá peajes en las autovías», puntualizó Casado. Unos mensajes que no son la primera vez que dejan entrever. Tal es la concienciación del presidente del PP en este punto que ha decidido preparar una «ofensiva legal» contra la imposición de peajes. Cada paso que dé el presidente del Gobierno en materia de guerra contra el coche privado, el Partido Popular le seguirá por detrás con una oposición férrea.

En total, la guerra de Sánchez contra el coche privado busca recaudar alrededor de 12.000 millones más de los conductores. Con este «extra», el objetivo de déficit queda maquillado a la hora de gastar los fondos covid y a la hora de anunciar nuevas inversiones, por ejemplo, para actualizar y subir el salario de los funcionarios y otras cuestiones como bonos sociales. El único problema para el PSOE es que se trata de una medida tan impopular que quieren evitar que marque las elecciones generales. Los peajes o la subida de impuestos al carburante traerá quejas y dará a la oposición nuevos nichos a los que aferrarse para criticar al Gobierno. Sin embargo, quienes conocen a Sánchez y fuentes de la Moncloa coinciden en que el presidente está «confiado» y cree que las «buenas acciones» taparán las «malas».