Los lazos de Podemos con Venezuela enturbian la relación de Sánchez con Biden

Fuentes del Gobierno aseguran que la culpa de todo la tienen los ministros de Podemos. Pese a que el presidente socialista, Pedro Sánchez, ha puesto toda la carne en el asador para tener una buena relación con Estados Unidos, el líder americano parece que no quiere contar con él español. Sánchez ha puesto a su jefe de gabinete, Óscar López, y al titular de Exteriores, José Manuel Albares, a trabajar «como objetivo prioritario» en mejorar la relación pública de Sánchez con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden. Sin embargo, EE UU ha vuelto a escenificar un desplante al presidente español al excluirle del war room que convocó Biden el pasado lunes para tratar la crisis de Ucrania con los líderes europeos. Desde el Gobierno deslizan que la razón por la que Sánchez no consigue seducir a Biden es por la presencia de Podemos en el Consejo de Ministros y por sus lazos con países de América Latina como Venezuela o Cuba. Y ya hay quien no sabe cómo entrar a la administración de EE UU. El cliché del «Gobierno social-comunista» se ha asimilado en la Casa Blanca y parece difícil romper esa barrera.

El presidente ha intentado todo para que Biden le dé «cariño» en público, pero EE UU se resiste a mostrar complicidad. La causa, según fuentes del Ejecutivo, está en la presencia de Podemos en el Gobierno. Para Estados Unidos, cualquier partido político que lleve la palabra «socialista» en sus siglas genera cierto recelo, tal y como detallan a MONCLOA.com fuentes del PSOE que han tratado directamente con la administración americana. El problema es que esas siglas sumadas a la presencia en el Consejo de Ministros de políticos que han trabajado activamente con el régimen de Venezuela o que han defendido los intereses de Cuba a la par que criticaban la política «imperialista» americana hacen imposible engrasar la relación de Sánchez con Biden. Por más compromiso que muestre España con Estados Unidos, no parece que la Casa Blanca quiera lanzar un guiño al equipo de Sánchez.

El presidente de EE UU invitó al war room a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen; al presidente del Consejo, Charles Michel; al presidente francés, Emmanuel Macron, al canciller alemán, Olaf Scholz, al primer ministro italiano, Mario Draghi; y al polaco Andrzej Duda; además de al británico, Boris Johnson. A esto hay que añadir que en este encuentro estuvieron todos y cada uno de los países en los que EE UU tiene bases militares excepto España. La humillación internacional, dado que así se ha sentido en el Gobierno, es importante. Aún así, la ministra de Defensa, Margarita Robles, ha salido al paso a intentar apaciguar los ánimos asegurando que la relación con EE UU es «permanente». De poco ha servido que España fuera el primer país en enviar tropas y material militar a Ucrania para «contener» las pretensiones de Rusia.

Desde el Ejecutivo no tienen muy claro cómo abordar este problema. Pese a que López y Albares hacen todo lo posible por conseguir un guiño de Biden, el americano no da su brazo a torcer. Estas mismas fuentes del PSOE que ya han tratado con EE UU en el pasado (incluso durante el mandato de Zapatero) insisten en que el gesto de Biden no es casual. En Estados Unidos, explican, son muy importantes los gestos y el protocolo. Dejar fuera a Sánchez después del humillante paseo de menos de un minuto es una forma sutil de dejar claro al Gobierno español que no cuentan con la complicidad del Gobierno americano. Y desde el PSOE tienen claro que la razón es la presencia de ministros de Podemos en el Ejecutivo.

Podemos y sus ministros son viejos conocidos por países como Cuba o Venezuela

Ya no es una cuestión de los ataques que hayan lanzado a Estados Unidos, sino que han tenido un trato estrecho con los países gobernados por la nueva izquierda latinoamericana. Con todos y cada uno de ellos. Podemos y sus ministros son viejos conocidos por países como Cuba o Venezuela. Pero también han opinado sobre los procesos políticos internos en Ecuador, Bolivia o Chile (ahora gobernado por un candidato asociado a ideas comunistas). Todo esto, visto desde el prisma estadounidense, hace prácticamente imposible engrasar la relación.

España no tiene margen de maniobra porque el PSOE no podría gobernar sin el apoyo de Podemos. Y en Estados Unidos no se entiende igual las siglas socialistas que en Europa. En cualquier caso, parece que queda claro que EE UU no quiere contar con Sánchez para la crisis de Ucrania. Si Rusia invade el país o si da un paso hacia la guerra, Sánchez se enterará por Von der Leyen o por otro socio europeo. Desde luego, Biden no tiene intención alguna de tratar con el presidente español para absolutamente nada. De hecho, no cuenta con él para la crisis de Ucrania a pesar de que Sánchez se haya apresurado en mandar el Blas de Lezo al Mar Negro para intimidar a Vladimir Putin. Es una crisis que tiene difícil solución, algo de lo que son más que conscientes en la Moncloa.