El juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón ha vuelto a citar a José Manuel Villarejo para que declare como investigado en relación con los delitos de organización criminal y blanqueo de capitales que vertebran ‘Tándem’, la macrocausa donde se indaga en los negocios privados del ahora comisario jubilado.
En una providencia del pasado lunes, el titular del Juzgado Central de Instrucción Número 6 accede a una serie de diligencias solicitadas por el Ministerio Fiscal, entre ellas una nueva declaración de Villarejo, su mujer Gemá Alcalá, su hijo mayor José Manuel Villarejo Gil y su socio Rafael Redondo para el 28 de febrero.
Esta vez, el magistrado les llama en relación con presuntos delitos de organización criminal y blanqueo de capitales en el marco de la pieza principal, denominada ‘King’, donde se investigan los trabajos que el grupo empresarial de Villarejo, CENYT, habría hecho en Guinea Ecuatorial.
No obstante, el instructor amplía la mira al conjunto de ‘Tándem’. Así, reclama a la fuerza actuante que informe sobre los avances que haya realizado en su trabajo de identificación de «otros encargos de clientes particulares contratantes de CENYT».
Asimismo, acuerda una segunda ampliación de la comisión rogatoria cursada a República Dominicana, si bien pospone su decisión sobre la solicitud de la Fiscalía Anticorrupción para que testifiquen todos los empleados de CENYT.
PRIMER JUICIO
La decisión judicial se produce en pleno juicio por las piezas ‘Iron’, ‘Land’ y ‘Pintor’, las primeras que han llegado a vista oral de las más de treinta que componen el puzzle de ‘Tándem’. Desde que comenzó el juicio, el pasado mes de octubre, las defensas han cuestionado la competencia de la Audiencia Nacional para juzgar estos tres encargos a CENYT porque no se acusa por delitos propios de este tribunal que sí figuran en otras piezas: organización criminal y blanqueo de dinero.
El fiscal anticorrupción Miguel Serrano defendió durante las cuestiones previas que todas las piezas beben del tronco común de ‘Tándem’, algo que respaldó el tribunal presidido por Ángela Murillo en un auto.
Villarejo sostiene que CENYT era en realidad una tapadera para sus trabajos como agente de Inteligencia al servicio del Estado, si bien Serrano apuntó que, aunque así fuera, lo que es «intolerable» es que se lucrara con ello usándola también para sus negocios privados.