Si la derecha gobernara hoy, la calle estaría en llamas

El combustible, el cuarto más caro de Europa. La electricidad, por las nubes y superando los máximos históricos cada semana. El coste de la vida, un 6% más caro. Y sobre el tablero, la posibilidad de subir los impuestos al carburante e implantar peajes obligatorios en todas las carreteras de España. Sin embargo, en la calle se respira calma y no se otea ninguna manifestación para los próximos meses. La pregunta que se hace más de uno es obligada: ¿qué pasaría si gobernara la derecha? 

Las excusas que vierte el Gobierno en los medios de comunicación para justificar esta merma en la calidad de vida de los españoles son de todos los colores. La crisis del coronavirus y sus consecuencias, la falta de microchips, la dependencia energética de terceros países o la falta de capacidad de maniobra por la dependencia de la UE son algunos de los relatos con los que el Ejecutivo de Pedro Sánchez justifica que la calidad de vida haya descendido notablemente. Sea como sea, lo cierto es que más de uno se puede hacer una idea de qué ocurriría si gobernara la derecha. Desde luego, con los mismos resultados, la izquierda estaría en la calle protagonizando protestas indignadas. ¿Por qué está entonces en casa?

los trabajadores pagan más por la cesta de la compra, por ir su puesto de trabajo o por poner la lavadora

El Gobierno tiene unos pocos clavos ardiendo a los que agarrarse con ahínco. Uno de ellos es el dato de desempleo. Para los de Sánchez, es motivo de celebración que «tan solo» haya tres millones de parados. Lo que no se cuenta es que a esos trabajadores, en muchos casos mileuristas, pagan más por la cesta de la compra, por ir a su puesto de trabajo o por poner el televisor o la lavadora porque el coste de la electricidad es alrededor de un 200% más caro que hace un año y porque la gasolina se paga a 1,60 euros el litro (más que en Zürich). Pero como gobierna la izquierda, todo debe ir bien a ojos de esa marabunta que acostumbra a exigir sanidad pública o salarios decentes con cierta asiduidad.

Entonces, ¿por qué nadie protesta? Fuentes del Partido Popular, de Vox y en algunos casos de Ciudadanos apuntan a los sindicatos y a las asociaciones que suelen sacudir a sus adscritos para «quemar las calles».  Desde luego, el trato del PSOE con los sindicatos es notablemente más fluido y complaciente que otros gobiernos. Y el presupuesto destinado a las asociaciones sociales también se ha disparado (ahí es donde acaba gran parte de los 500 millones de euros de los que dispone el Ministerio de Igualdad). El relato de la derecha es fácil: con los sindicatos y las asociaciones adormecidas, el PSOE gobierna en paz a pesar de que todos los españoles seamos un poco más pobres.

Pero al margen del porqué, centrémonos en un ejercicio sencillo de imaginación. Imagínese un Gobierno de la derecha. Sin caras ni perfiles. Un Ejecutivo en el que el precio de la luz se dispara alcanzando cotas inimaginables (hasta un 200% más que lo que se pagaba con el mandatario anterior) sin que el Consejo de Ministros tome decisiones rotundas para contenerlo. Un Gobierno en el que cada vez que va a repostar en una gasolinera paga en torno a 15 euros más por depósito. Un Ejecutivo en el que la lista de la compra se dispara porque la elaboración, fabricación y el transporte de todos los productos es más caro. Y ahora, añádale que ese mismo Gobierno pretende no solo subirle los impuestos, sino que quiere implantar peajes obligatorios en todo el país para cuadrar las cuentas. ¿Qué dirían los sindicatos? ¿Qué dirían las asociaciones? Y sobretodo, ¿qué dirían el PSOE y Unidas Podemos? 

Esta situación se agrava cuando se tiene en cuenta que el Estado ha conseguido un récord de recaudación. Los impuestos que pagan los españoles han permitido al Gobierno de Sánchez ingresar nada menos que 223.382 millones de euros en 2021. Pero hay margen para más, pues la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ya estudia cómo meter mano al carburante, al conductor privado e incluso a las criptomonedas. ¿Qué pasaría si tras todo este escenario, ese Gobierno de derechas te anuncia que te quiere subir los impuestos? La respuesta parece evidente…

LA CRISIS DE UCRANIA

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la ministra de Defensa, Margarita Robles, se han preocupado por responder con cierta rapidez y compromiso a la crisis de Ucrania. Tanto ha sido así, que España ha sido uno de los primeros países en enviar tropas al país para intentar contener las pretensiones de Rusia de invadir Ucrania. En calidad de socio de la OTAN, España ha respondido de forma correcta. Prueba de ello es que los partidos de la oposición no se han rebelado contra las decisiones de Sánchez, sino todo lo contrario. Ahora bien, ¿qué pasaría si quien envía el Blas de Lezo es el presidente del Partido Popular? Todos recordamos ese activismo del «No a la Guerra» durante el mandato de José María Aznar. ¿Se repetiría?

Margarita Robles

Lo que queda claro es que enviar tropas a Ucrania ante el riesgo de que estalle una inminente guerra contra Rusia no pasaría la misma factura al PP que al PSOE. Parece que el electorado socialista es mucho más tolerante con las decisiones difíciles cuando quien las tiene que tomar es su candidato, aunque la decisión final fuera la misma que tomaría un Gobierno de derechas. Las varas de medir con una herramienta complicada, pero parece claro que si quien estuviera ahora al frente del Ejecutivo fuera el Partido Popular, la calle estaría en llamas.