Fiscal y acusaciones ponen el acento en la hora que salió del hotel para desmontar la defensa de la madre de Carolina

Fiscal y acusaciones han puesto el acento, en la primera sesión del juicio contra A.U, madre de la niña Carolina a la que se le acusa de asesinarla en un hotel el 26 de enero de 2020, han puesto el acento en la grabación en la que se ve a la madre salir del hotel, durante una hora, cuando ya está muerta la niña.

En la primera sesión del juicio, por jurado popular, el Ministerio Fiscal ha sustentado su acusación en que «es muy fácil pivotar la acusación sobre la abuela», como ha hecho la defensa de la madre de Carolina, dado que «está muerta».

«Se puede matar haciendo lo que no tienes que hacer, evitarlo, pero en este caso ni eso, se pusieron de acuerdo», ha dicho creyendo que se trata de la «crónica de una muerte anunciada» en las cartas que dejó la acusada.

Ha apuntado cómo las cámaras del hotel registraron que la madre de Carolina salió una hora del hotel y circuló con el vehículo cuando la niña ya estaba muerta.

Para el fiscal, si todo hubiese sido obra de la abuela mientras la madre dormía se hubiese «sorprendido» al despertarse y hubiera pedido socorro.

La acusación particular, representada por Maria José Valgañón, ha puesto el acento en que su acusación «parte del dolor del padre, victima sobreviviente a la tragedia». «Si se puede sobrevivir a la muerte a manos de su madre de forma vil y alevosa sin poder defenderse», ha añadido.

Fueron, ha creído, «actos planeados, organizados, disponiendo los medios, por la imposibilidad de aceptar que su hija era feliz con su padre».

Así, se ha referido a «conversaciones de quitarse la vida y llevarse a la niña con ella» que coinciden con el hecho de empezar a dar somníferos a la niña.

También a «vídeos reveladores a medio de justificación, rencor y rabia absoluta a la que fue su pareja», padre de la niña, en los que incluso hay «referencias a cómo debe ser enterrada la niña».

Junto al hecho de que la reserva en el hotel era hasta el lunes 27 de enero y, por tanto, no tenía previsto devolver a la niña a su padre cuando debía, ha señalado como «importante que la mañana del 27 de enero abandona el hotel una hora».

«Si realmente en un algún momento podríamos plantearnos el relato de los hechos» realizado por la acusada «por qué no llama al 112, por qué está una hora perdida o destruyendo pruebas».

El móvil, ha visto, es «el resentimiento, el odio», la intención «de causar dolor» al padre y, por tanto, «violencia vicaria ejercida al revés». La acusada, ha visto, «planificó su suicidio y matar a la niña porque la consideraba una propiedad de la que sólo ella podía disponer» y lo hizo «sin ningún tipo de piedad».

La acusación popular ha añadido: «La mató porque no quería que tuviera una vida con su padre; la mató porque era suya».

Su defensa, la abogada Mar Dominguez, por contra, ha insistido en que «no cometió delito» y «el relato está lleno de suposiciones». «Fue la abuela la que atentó contra la vida de su hija y la dejó desangrándose», ha aseverado.

Lo hizo tras ser engañada, por ser una madre abnegada, ha explicado, y entregar más de 85.000 euros pensando que era para la ONU. «No es solo que ha perdido el patrimonio familiar sino que la hija se endeuda, y eso le quiebra», ha justificado.

Ha visto que «son suposiciones decir que quería vengarse del padre» y A.U «es una víctima más del estado de locura de su madre y no pudo prever lo que iba a pasar».