La dirección de Volkswagen Navarra, UGT y CC.OO. han firmado este miércoles un acuerdo de ERTE (Expediente de Regulación Temporal de Empleo) para el primer semestre de 2022 «por causas productivas, debidas, principalmente, a las condiciones derivadas de la crisis en el suministro de semiconductores, como principal factor».
Los sindicatos firmantes han sido UGT y CC.OO., que cuentan con 12 y 8 representantes, respectivamente, un 68,9% de los 29 que integran el comité de empresa de la fábrica de Landaben. El ERTE sería de aplicación desde este jueves, 3 de febrero, hasta el 30 de junio de 2022, según ha informado Volkswagen Navarra en un comunicado.
Volkswagen Navarra ha reaccionado a las circunstancias sobrevenidas por la pandemia provocada por la Covid desde su irrupción en el mes de marzo de 2020. Tras un balance de todo el contexto, ha señalado que se impone «como principal causa de esta situación económica la alteración del ritmo productivo debido a la falta de microchips», que afecta a todas los fabricantes de automóviles en España y al sector en Europa.
La empresa ha indicado que continuará con «un modelo de gestión reactiva que ha logrado sofocar los problemas de cada momento, mediante la aplicación de fórmulas consensuadas por ambas partes, que han minimizado los efectos del desabastecimiento de componentes».
El acuerdo se toma con el objetivo prioritario de la fábrica de Landaben de producir los vehículos asignados en el programa productivo anual, «teniendo en cuenta que las actuales circunstancias no permiten presagiar de manera inmediata la solución de los problemas de suministro generados por la crisis pandémica para paliar los consecuentes días de cierre».
CONDICIONES ACORDADAS
Las condiciones del acuerdo suscrito establecen un ERTE por causas ETOP (económicas, técnicas, organizativas o productivas) con vigencia entre los días 3 de febrero y 30 de junio de 2022, como consecuencia de las circunstancias derivadas de la pandemia por Covid: problemas en el suministro de semiconductores, además del modo en que la crisis económica derivada de la pandemia continúe afectando al sector de la automoción.
Con dicha medida, la empresa y la mayoría sindical consideran que «se evita bajar el ritmo de producción actual cada día» y «se concentra la necesidad de no producir en días o turnos completos», de manera que «se permitirá mantener el empleo como establece el actual convenio colectivo».
Las condiciones de este nuevo ERTE serán las mismas que se acordaron en el expediente regulador del 29 de agosto de 2018. La aplicación de días de ERTE tendrá lugar «una vez que la jornada laboral individual fijada en el calendario general pactado se sitúe por debajo de los 209 días», es decir, por debajo de los 215 días establecidos en el calendario laboral y una vez consumidos los 6 días de competitividad que contempla el Convenio Colectivo.
Como último punto del acuerdo de este expediente regulador se establece que, en caso de que persistan más allá del segundo semestre algunas de las causas señaladas en el primer punto del acuerdo, «se realizará una prórroga del ERTE».
La parte empresarial y la mayoría social consideran que, tras 23 meses de pandemia, «este acuerdo mantiene los objetivos de priorizar el mantenimiento de la actividad productiva, cuando las circunstancias lo permitan, y de salvaguardar el empleo por encima de cualquier otra consideración, además de convenir que el consenso es el mejor camino para solucionar las circunstancias actuales y futuras».
«GARANTÍA DE EMPLEO Y SALARIAL»
El presidente del comité de empresa de Volkswagen Navarra, Alfredo Morales, ha destacado que el ERTE incluye «la garantía de empleo para toda la plantilla y la garantía de salario garantizando el 100% de los conceptos fijos».
En declaraciones, ha explicado que «se han previsto nueve días de aquí a julio» de paros en la fábrica «pero es todo una hipótesis, no se puede catalogar que se vayan a cumplir».
Morales ha señalado que el ERTE tiene en cuenta tres casuísticas: la falta de semiconductores, la posible falta de personal afectado por el Covid-19 y «la propia evolución del mercado» que «puede hacer que nos baje la producción».