El nuevo presidente de la Comisión Central de Deontología del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM), José María Domínguez Roldán, afirma que actualmente «existe una discordancia» entre la Ley Orgánica de Regulación de la Eutanasia y los principios incluidos en el Código de Deontología Médica.
Al respecto, el experto ha recordado las palabras que se recogen en el Código de Deontología Médica: «El médico no deberá provocar ni colaborar intencionadamente en la muerte del paciente».
Con todo, Domínguez afirma que debe tenerse en cuenta que, aunque los principios de la medicina vayan en contra de la práctica de la eutanasia, «pueden existir médicos que en función de sus valores la consideren una práctica aceptable, y que actúen en base a la legalidad vigente».
Según el presidente de la Comisión de Deontología del CGCOM, la Ley Orgánica de Regulación de la Eutanasia recoge la opinión del Parlamento Español en relación a la solicitud de aquellos pacientes que desean morir en función de sus enfermedades y nivel de sufrimiento. «La opinión de los parlamentos no necesariamente coincide con los principios universales de la medicina, ni con las normas de la deontología médica», ha apostillado en una entrevista a ‘Médicos y pacientes’.
A su juicio, los profesionales sanitarios, y especialmente los médicos, siempre están sometidos a «una doble normativa de conducta». «Por una parte, la que proviene de las leyes del Estado, como cualquier ciudadano, y por otra las obligaciones de comportamiento ético que viene definidas en el Código de Deontología Médica», asevera.
No obstante, recuerda que, aunque el Código de Deontología Médica español está basado en principios universales de la medicina, al ser la Organización Médica Colegial una corporación de derecho público incluye en el contenido del Código de Deontología Médica una disposición final por la cual «el médico que actúa amparado por las Leyes del Estado no puede ser sancionado deontológicamente».
NUEVO CÓDIGO DEONTOLÓGICO EN 2022
Según ha adelantado Domínguez en la entrevista, la Comisión Central de Deontología del CGCOM tiene como objetivo más inmediato la aprobación del nuevo Código de Deontología Médica, cuya discusión quedó paralizada como consecuencia de la pandemia.
En cuanto a la posible fecha de la misma, ha afirmado que «existe el compromiso de la asamblea de trabajar duramente para que para que, salvo causa mayor, el nuevo Código de Deontología Médica esté aprobado e implantado en el primer semestre de 2022».
Así las cosas, ha adelantado que en el borrador del nuevo Código de Deontología, que se redactó antes de la pandemia, ya se hablaba de la relación entre ética y telemedicina. «La telemedicina es conforme a la Deontología Médica siempre que sea clara la identificación de quienes intervienen, se asegure la confidencialidad y se usen vías de comunicación que garanticen la máxima seguridad disponible», expresa el doctor.
«No podemos olvidar que la medicina no presencial, correctamente desarrollada, mejora la accesibilidad de los pacientes en determinados campos diagnósticos (teledermatología y telerradiología, por ejemplo). Igualmente, en un futuro no muy lejano, la terapéutica a distancia guiada por robótica, facilitará la accesibilidad terapéutica en determinados ámbitos», ha opinado el doctor.
No obstante, insta a no olvidar que la medicina no presencial no debe conllevar un detrimento de la calidad asistencial ni tampoco de la calidad humana del acto médico. Por otra parte, el doctor recalca que todos los principios universales de la medicina deben mantenerse en los actos médicos no presenciales.
Precisamente, según Domínguez, la pandemia ha obligado a una «profunda reflexión ética» de los valores del sistema. «Equidad, accesibilidad, justicia, transparencia han sido algunos de los valores objeto de reflexión», ha apuntado. «La relativa bonanza sanitaria prepandemia no nos dejaba observar algunas de las virtudes de nuestro sistema sanitario, pero tampoco nos permitía ver algunos de sus defectos», señala.
Por último, ha defendido la necesidad de promover la formación ética en las facultades de medicina, así como en los planes de formación continua de los médicos. «La ética debe estar como un área doctrinal de aprendizaje permanente», concluye.