El espionaje a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, le ha salido a Pablo Casado mucho más caro de lo que creía. Una marabunta de simpatizantes del PP han inundado la calle Génova para exigir ante la sede del Partido Popular la dimisión de Casado. Hay cánticos, hay gritos, hay carteles y hay convocada otra protesta para el domingo por la mañana para exigir cabezas políticas por este escándalo. La cúpula del PP quiso espiar a Ayuso para conocer si se cometieron irregularidades, pero la operación se le ha vuelto en contra al propio Casado. De momento, Génova está repleta de personas indignadas que a gritos exigen justicia para la presidenta madrileña.
Así están los ánimos en Génova y así critican al presidente del PP. pic.twitter.com/HPW9bGa5gb
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Hay vídeos, fotos y comentarios en las redes sociales. Pero parece que a Casado se le ha formado un 15M en la puerta de su sede por haberse pasado de la raya al encargar a una empresa de detectives que investigaran la presunta concesión irregular de un contrato por parte de la Comunidad de Madrid al hermano de Ayuso. No se ha encontrado nada de momento y la presidenta ha facilitado a los medios el contrato que el PP investigaba. Pero sea como sea, el foco está puesto sobre Casado y no sobre Ayuso. Quien tiene que dar explicaciones ante sus potenciales votantes es el presidente del PP y no la de la Comunidad de Madrid. Y de momento la dimisión de Carromero no ha sido suficiente como para salvar a un Casado que aún no ha dado la cara.
Más y más críticas a la cúpula del PP. pic.twitter.com/Ad6f7qJKX5
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Hay quien dice que habrá más dimisiones. Fuentes del PP cercanas a Pablo Casado insisten en que es muy probable que el secretario general del partido, Teodoro García Egea, es el último cortafuegos que Casado está dispuesto a sacrificar para aguantar hasta las generales (la única obsesión del presidente). Sin embargo, parece que la batalla de la calle la ha perdido dado que no podría ni salir de la sede sin recibir una horda de manifestantes gritándole que dimita. Aún así, Casado no tiene intención de dimitir. Al menos no de momento.
ASÍ HA SIDO EL ‘HARAKIRI’
El Partido Popular está metido en toda una batalla campal que le está llevando a la autodestrucción. Un ‘harakiri’ en toda regla. La guerra entre el líder del Partido Popular, Pablo Casado, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha estallado tras darse a conocer un supuesto espionaje de Génova a la líder regional en la noche del miércoles. Y es que, el grupo popular utilizó presuntamente a la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo (EMVS), un organismo que depende del Ayuntamiento para llevar a cabo dichas indagaciones. Así, a lo largo este jueves han comenzado los posicionamientos, los reproches a uno y otro lado del grupo. Ayuso critica a la formación por llevar a cabo una investigación en su contra. Mientras en el seno del partido ya le han abierto un expediente a la líder regional. Y, como resultado, la batalla ya se ha cobrado su primera «víctima», Ángel Carromero, que ha presentado su dimisión con efecto inmediato.
La guerra interna del Partido Popular es una cuestión que viene gestándose desde hace tiempo. Que Ayuso quiere hacerse con el poder del partido en Madrid es un hecho, y que Pablo Casado y la facción interna del grupo popular están intentando evitarlo también. Así, desde Génova llevan tiempo tratando de frenar el imparable ascenso político de la presidenta autonómica. Por ello, Casado puso a Almeida en la carrera por liderar el PP de Madrid porque simplemente quería poner piedras en el camino de Ayuso.