Cómo descongelar la carne paso a paso

Los alimentos se pueden congelar para aumentar su durabilidad en perfecto estado. Sin embargo, debes seguir una serie de pautas a la hora de descongelar cada producto para que se siga considerando apto para el consumo. Llevar a cabo el proceso de descongelación de alimentos de forma incorrecta puede tener consecuencias negativas. Además de perder las propiedades nutricionales, es posible que al consumir estos productos pongas tu salud en riesgo. Cada uno se comporta de manera diferente, pero las precauciones que deben seguirse durante el proceso son comunes.

Debes congelar los productos lo más frescos que te sea posible. De esta forma evitarás que generen microorganismos antes, ya que en el proceso de congelado no elimina las bacterias. Además, los alimentos no pueden ser congelados más de una vez, ya que la calidad disminuiría notablemente y el producto podría conservarse en mal estado suponiendo un riesgo para la salud.

Cómo congelar correctamente la carne

Limpia la carne de vísceras y si has comprado la pieza entera filetéala para congelar por separado. Utiliza un trozo de papel film transparente para cubrir cada filete individualmente. Puedes también introducir el producto ya envasado en una bolsa o en un táper. De esta forma evitarás que puedan mezclarse en el congelador tanto los olores como los sabores de los distintos alimentos.

Si vas a congelar una carne con grasa, ten en cuenta que si la dejas durante mucho tiempo el sabor del producto se verá afectado volviéndose más rancio, por lo que este tipo de alimentos deberás consumirlos preferiblemente cerca a la fecha de congelación.

En el caso de que sea carne ya cocinada debes esperar a que se enfríe para meterla en el congelador, en este caso en un táper. De hecho lo más recomendable es que previamente lo tengas en la nevera para que el cambio de temperatura no sea tan brusco.

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Es recomendable no dejar la carne en el congelador durante más de 6 meses

El tiempo que un alimento puede estar congelado no está definido. Una vez que un producto alcanza la congelación adquiere la capacidad de conservación adecuada en el tiempo. Es importante tener en cuenta que la temperatura del congelador, marcada por el número de estrellas siendo cada una de -6 ºC, debe estar entre los -18 ºC y los -24 ºC para que la carne conserve sus propiedades en perfecto estado durante meses. Aproximadamente, los expertos calculan que para su posterior consumo, el pollo podría permanecer hasta 3 meses y la carne hasta 6 en el congelador. En principio la salud tampoco correría un riesgo aunque pasara más tiempo, incluso años, sin embargo es importante resaltar que el aspecto se verá perjudicado por las reacciones bioquímicas que tienen lugar.

Uno de los efectos que se producen tras la descongelación, debido al cambio de temperatura, es la quemadura por frío. Esto provoca que tenga lugar un proceso de sublimación en la superficie congelada del alimento y por tanto el hielo pasa de sólido a gaseoso dando lugar a la deshidratación del producto. Como consecuencia de este proceso el alimento sufre una modificación de sus propiedades organolépticas afectándole al color, al olor, a la textura y al sabor. Estos efectos se reducen, evitando que se estropeen los productos, si se lleva a cabo un proceso correcto para descongelar la carne.

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Descongelar la carne con la antelación necesaria

Es importante que el proceso se lleve a cabo paso a paso, pero teniendo en cuenta que el momento que va a ser consumida tendrá lugar en cuanto se descongele. Para descongelar la carne, al igual que el resto de alimentos, debe hacerse de forma progresiva pasando del congelador al frigorífico. Muchas personas acostumbran a llevar a cabo este proceso a temperatura ambiente pero resulta contraproducente. Esto se debe a que durante la congelación se forman cristales de hielo, al solidificarse las partículas de agua, que al descongelarse pueden afectar a la carne. Este proceso rompe la estructura que contienen las células de los productos de alimentación y como consecuencia expulsan un jugo acuoso. Las sustancias que contiene este líquido pueden convertirse en un atractivo para las bacterias desarrollando su crecimiento.

Cualquier producto descongelado, independientemente de que sea carne, pescado o verdura, es mas susceptible al crecimiento de microorganismos que uno fresco. Por esto es importante que el proceso se lleve a cabo de forma progresiva y tras su descongelación el producto sea consumido, o al menos cocinado, en las próximas 24 horas. Normalmente de ser desarrolladas estas bacterias suelen eliminarse al someter el alimento a altas temperaturas, pero sigue existiendo cierto riesgo sobre todo si se trata de carne poco hecha.

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