Ni la presidenta de la Comunidad de Madrid es Katniss Everdeen ni el líder del Partido Popular es Peeta Mellark, pero Isabel Díaz Ayuso y Pablo Casado se han visto inmersos en una dinámica en la que solo puede quedar uno. Esto recuerda a los Juegos del Hambre, esa ficción en la que un grupo de jóvenes tiene que matarse unos a otros hasta que solo uno sobreviva. En este caso, los participantes son Ayuso y Casado y los juegos ya han empezado. Se habla de que la presidenta autonómica montará un partido propio, de que el líder popular la quiere expulsar del partido y de terceras opciones, pero en ninguna de ellas se contempla la convivencia de los dos pesos pesados bajo las siglas del PP. Lo que queda claro es que habrá una respuesta más pronto que tarde. Y mientras tanto, el vocero oficial del conflicto, Alberto Núñez Feijoo, ya ha salido a la palestra a anunciar lo que todos han visto: ¡que comiencen los Juegos del Hambre!
Isabel Díaz Ayuso ha mostrado su indignación con una directiva que la espió y que, además, le ha abierto un expediente por sus declaraciones. El problema es que la guerra interna ha llegado a tal extremo que ya solo puede quedar uno. Nadie en el Partido Popular se plantea que bajo las mismas siglas vayan a convivir Ayuso y Casado. El presidente de Galicia cree que hay alguna solución y ha pedido a ambos «sentarse solos, sin intermediarios, y dar una solución a ese problema que se ha creado en esos círculos». Pero lo cierto es que fuentes del PP aseguran que Ayuso ya busca la forma de montarse un partido por su cuenta y que Casado explora la posibilidad de expulsar del partido a Isabel Díaz Ayuso. El qué será antes, si el huevo o la gallina, es indiferente dado que en Génova se da por hecho que solo podrá quedar uno.
«Pido que se depuren responsabilidades en el partido regional y nacional», ha asegurado Isabel Díaz Ayuso en la comparecencia del pasado jueves. «Nunca pude imaginar que la dirección general de mi partido iba a actuar de un modo tan injusto contra mí», ha insistido. «He devuelto mi compromiso con Pablo Casado pasando de los 26 escaños a la mayoría absoluta que estoy convencida que tenemos hoy. Quisiera saber cuántos votos han conseguido aquellos que están centrados en atacarme a mí», ha concluido en una rueda de prensa especialmente agresiva contra la cúpula del partido.
Se habla del consejero de Interior, Enrique López, como sustituto de Ayuso
Se habla del consejero de Interior, Enrique López, como sustituto de Ayuso en la candidatura de Madrid. Se habla de que Casado está en la cuerda floja y de que hay posibilidad de que le echen antes de las generales. E incluso viejos dinosaurios del PP como Jaime Mayor Oreja, José María Aznar o Esperanza Aguirre ya han intoxicado en varias comidas en las que aseguran en su entorno más íntimo que Casado no llegará a las generales y que la candidata será directamente la presidenta de la Comunidad de Madrid. Sea como sea, lo cierto es que los ánimos en el PP no son amistosos ni pretenden tender puentes. Solo quedará uno. Incluso Cayetana Álvarez de Toledo ha pedido abiertamente la dimisión de Pablo Casado.
Se ha demostrado por parte de la presidenta de la Comunidad de Madrid que Sol pagó 55.000 euros al hermano de Ayuso por traer mascarillas de China. La guerra ahora es por demostrar quién es inocente y quién se ha pasado de la raya. Mientras Casado busca las cosquillas a Ayuso para justificar su decisión de echarla del partido, la presidenta se ampara en la «legalidad» de sus acciones. Listo esto, queda saber cómo reaccionarán en el partido ante las pretensiones de Pablo de echar del partido a una de las baronesas que mejor resultado ha obtenido en las elecciones.
Ahora la pelota está en el tejado de la dirección nacional del partido. Pablo Casado ha asegurado que llevan unos meses esperando esta documentación y Ayuso no ha tardado en filtrar la documentación. Ahora todas las miradas están puestas en Génova, pendientes de que dé explicaciones y sobretodo de que depure responsabilidades por haber contratado un detective para espiar a Isabel Díaz Ayuso y a toda su familia.
Fuentes cercanas a Sol aseguran que las peripecias del hermano de Isabel Díaz Ayuso darán más que hablar y que la presidenta de la Comunidad de Madrid tendrá que responder por más polémicas que las que hasta ahora han salido a la luz. Sea como sea, lo cierto es que ambos dirigentes, que compartieron sede cuando formaban parte de Nuevas Generaciones, ahora están enfrentados hasta tal punto que solo puede quedar uno. Esas mismas fuentes detallan que este conflicto interno no ha hecho más que empezar y que ahora que se han desatado las hostilidades todo irá a más hasta que uno de los dos dimita o salga del partido.
Solo una cabeza política ha rodado hasta ahora y lo ha hecho por voluntad propia, no porque el partido lo haya pedido. El problema es que no parece haber sido suficiente para ninguna de las dos partes del conflicto. Ahora queda por ver qué pasos da Génova después de que Ayuso haya «desnudado» aparentemente un contrato por el que el hermano de la presidenta se ha llevado hasta 55.000 euros por ayudar a comprar mascarillas.