El presidente del Partido Popular, Pablo Casado, depende del PSOE. Esta afirmación escuece en Génova, pero saben que es cierto. Por el momento, tanto el líder del PP como el secretario general, Teodoro García Egea, se han encomendado en cuerpo y alma a Dolores Delgado, la fiscal general del Estado. Su supervivencia depende de que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, sea imputada por las comisiones cobradas por su hermano, Tomás, durante la pandemia por intermediar en la compra de mascarillas. Casado y Teodoro se han atrincherado en su despacho de Génova a la espera de que la fiscalía proponga la imputación de la presidenta autonómica. Ellos creen, según fuentes de Génova, que si Ayuso es imputada podrán sobrevivir a la crisis del partido.
Es curioso e indigna en el PP, pero lo cierto es que Casado y Teodoro se han encomendado a dos líderes socialistas. En primer lugar, el presidente y su mano derecha esperaron que Juan Lobato, secretario general del PSOE-M, presentara ante la Fiscalía la documentación sobre las comisiones cobradas por el hermano de Ayuso. Y ahora que todo está en manos de los fiscales, solo queda que los que dependen de Dolores Delgado tomen la decisión de imputar a la presidenta de la Comunidad de Madrid. Este es el rayo de luz que Casado espera y es la razón por la que Casado se ha negado aún a dimitir. Pero de momento no tiene pinta de que vaya a llegar porque el estado de alarma amparaba la concesión de contratos sin licitación previa.
Teodoro no se ha cortado a la hora de decir que no piensa dimitir
Teodoro no se ha cortado a la hora de decir que no piensa dimitir. Tanto él como Casado se han inspirado en el manual de resistencia de Pedro Sánchez para replicar lo que hizo cuando la expresidenta de Andalucía quiso arrebatar al actual presidente del Gobierno el control del PSOE.
Desde el grupo socialista, desde luego, insisten en que a nivel electoral les viene mejor que Casado sea el candidato, dadas las encuestas. El temor a que un nuevo presidente del PP pueda dar un vuelco a las expectativas electorales del Gobierno hace que vean con buenos ojos que Casado permanezca en su despacho. Sea como sea, tanto el PSOE como la actual cúpula del PP están encomendadas a la decisión de la Fiscalía. Aunque en Génova destacan que aunque salga imputada, el cargo de Casado está en entredicho. Independientemente de lo que pase con el caso del hermano de Ayuso.
El equipo de Casado está completamente fuera de juego. La generación que se saltó el PP con la llegada del actual presidente del partido se está repartiendo los cargos porque ven que habrá una purga épica en el PP. Aún así, aún queda lo más difícil de hacer: echar a un Casado y un Teodoro que no quieren dimitir porque «no les sale de las pelotas», tal y como ha asegurado el secretario general del partido. La espera se está haciendo larga, pero confían en que la Fiscalía dé una sorpresa pronto que les dé la excusa para no dimitir. De todas formas, 14 barones del PP pedirán la dimisión de Casado para que facilite la transición. Pero no parece que la cúpula tenga intención de ceder.
La presión de todos los barones que ya dan por hecho que Casado no será el candidato a las elecciones generales tendrá sus frutos. Nadie ve al actual presidente del PP como el salvador del PP. Ahora se buscan nuevas alternativas y Feijoo espera llegar por aclamación popular a la espera de que nadie saque a relucir los dossieres de Santamaría. Si eso queda bajo llave, es probable que en el congreso el presidente gallego se haga con el poder sin resistencia. Eso a no ser que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, cambie de criterio en el último momento.
AYUSO Y FEIJOO
El presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijoo, y la de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, han llegado a un acuerdo para acabar con Pablo Casado y con Teodoro García Egea. Ambos han hablado por teléfono estas últimas horas para urdir una alianza que saque de Génova a la actual cúpula del partido. El acuerdo contempla formar una gestora coordinada por el propio Feijoo a la par que Ayuso se ha comprometido a no presentarse al congreso nacional a cambio de que se celebre el de Madrid este año. Con este acuerdo, Feijoo y Ayuso esperan «salvar» al Partido Popular y conseguir que la actual cúpula, muy tocada, deje de una vez el poder para dar paso a una gestora.
Ayuso será presidenta del PP de Madrid y se presentará a las autonómicas para sacar mayoría absoluta. Con esto, la líder autonómica espera reforzar su imagen política y sobretodo quitarse de en medio a una cúpula que ha destinado recursos de forma «clandestina» para espiarla y recoger pruebas contra ella. Entretanto, Feijoo parece que tendrá su oportunidad de oro para hacerse con la presidencia del Partido Popular y ser el candidato a las generales batiéndose directamente contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Ambos ganan y solo Casado pierde. El plan está en marcha.