Los padres y pioneros de la inteligencia emocional, los doctores Mayer y Salovey (2012), propusieron una de las mejores y más rigurosas definiciones de esta disciplina: «la inteligencia emocional implica la habilidad para percibir y valorar con exactitud la emoción; la habilidad para acceder y/o generar sentimientos, cuando estos facilitan el pensamiento; la habilidad para comprender la emoción y el conocimiento emocional; y la habilidad para regular las emociones que promueven el crecimiento emocional e intelectual».
Por su parte, el pensamiento crítico es la destreza que tiene una persona para analizar y evaluar la información que recibe del entorno. El individuo con pensamiento crítico no se conforma con la interpretación de otras personas, fundamenta sus conclusiones sobre cualquier tema con una buena capacidad de razonamiento y conocimiento de causa, basada en hechos constatables o en la capacidad de descontextualizar. Es decir, pensar independientemente de las creencias previas que se tienen sobre un asunto y que habitualmente sesgan el juicio crítico o el sentido común. En otras palabras, el pensamiento crítico analiza cualquier creencia o conocimiento con base en pruebas o estudios a la luz de la evidencia.
Las ventajas que aporta la inteligencia emocional al desarrollo del pensamiento crítico
El pensamiento crítico es fundamental porque está íntimamente relacionado con la expansión del conocimiento. Toda persona con pensamiento crítico tiene la necesidad de investigar, de indagar y de conocer todos los ángulos de una información. Saiz y Rivas (2008) afirman que conlleva a la búsqueda del conocimiento a través del razonamiento y la toma de decisiones.
El pensamiento crítico se ve favorecido por distintas habilidades que puede tener o desarrollar el individuo. Una de las más importantes es la inteligencia emocional. La capacidad de regular las emociones permite mantener la objetividad en el momento de percibir el entorno y conlleva a interpretaciones más cercanas de la realidad.
La inteligencia emocional contribuye a entablar relaciones gracias a un mejor desempeño personal en la interacción con otras personas. Al relacionarse mejor con el entorno, el individuo recoge más y mejor información logrando así interpretar los hechos con una mejor capacidad de análisis.
El Instituto Psicobiológico ayuda al desarrollo de una nueva generación con más pensamiento crítico, adecuada gestión emocional y valores
Conociendo la relación entre la inteligencia emocional y el pensamiento crítico, el Instituto Psicobiológico da mucha importancia a que los docentes ayuden a los alumnos al desarrollo de un pensamiento reflexivo o crítico que les permita un mejor desempeño personal, académico, social y profesional.
Por tanto, nace una nueva generación de profesionales con desarrollo en las habilidades de la inteligencia emocional, la gestión emocional y la educación emocional, con el fin de generar un terreno fértil que posibilite un pensamiento crítico que estimule su necesidad de conocimiento e investigación.
El interés en formarse en este contexto ha ido creciendo, siendo una de las opciones más solicitadas el Máster en Inteligencia Emocional, Psicología, Neurociencia y Salud en el Instituto Psicobiológico (Madrid) que es un centro de formación de referencia, especializado en el campo de la gestión emocional, inteligencia emocional, educación emocional desde el estudio científico de la psicología, psicobiología, neurociencia conductual y salud, brindando un proceso de aprendizaje vivo, integrador, cercano y experiencial.