El presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijoo, no traerá demasiadas novedades «ideológicas» para el Partido Popular. De hecho, fuentes de su entorno ya están deslizando las intenciones del gallego y pasan por ahondar en la línea seguida por Pablo Casado. A excepción de algunos matices, como el de devolver el «sentido de Estado» al Partido Popular con cuestiones como la renovación del CGPJ, Feijoo buscará la fórmula para recuperar el bipartidismo llegando a pactos puntuales con Sánchez para fomentar lo que muchos llaman la «gran coalición». La idea de Feijoo es llegar a un pacto no escrito con el socialista para que siempre gobierne la lista más votada con acuerdos puntuales con el segundo partido mayoritario. Es decir, que no solo habrá renovación del CGPJ, sino que también se buscarán grandes pactos de Estado que marginen a Podemos, a Vox y a los partidos independentistas.
Los puntos son dos. Se buscará un acuerdo de investidura entre los dos grandes partidos y se hablarán en líneas generales de los Presupuestos Generales del Estado para dar continuidad en la legislatura. Feijoo quiere dar un giro de guion en algunas cuestiones como los bloqueos institucionales, pero quiere ahondar en el plan que ya tenía Casado de aprovechar las necesidades del PSOE para volver al bipartidismo. Se hará con delicadeza, pero Feijoo ya tiene claro que es necesario que el PSOE y el PP vuelvan a tener una relación más estrecha que les permita llegar a acuerdos puntuales que quiten fuerza a formaciones más minoritarias como ERC, Unidas Podemos o Vox. El presidente de Galicia no quiere ir con Santiago Abascal ni a la vuelta de la esquina y Sánchez está cansado de la constante «extorsión» de partidos minoritarios.
Feijoo no está filtrando demasiado. De hecho, desde su entorno aseguran que desde que ha decidido presentarse al congreso del PP está más aislado que nunca. Aún así, algunas cosas se le escapan. Y la idea de «devolver el sentido de Estado» al PP ha venido acompañada del pland e acercarse más al PSOE para cuestiones clave. La «gran coalición» no se llevará a cabo en su máximo esplendor bajo la presidencia de Feijoo en el PP, pero sí que podrá darse a conocer en algunos momentos puntuales (como una investidura o unos Presupuestos) con tal de que Unidas Podemos y Vox no puedan condicionar a los grandes partidos. La idea, desde luego, aterra a los independentistas y a los nacionalistas.
Vox ya está explotando estas filtraciones porque saben que Feijoo les puede hacer mucho daño. «Feijoo se ofrece al PSOE. O eso cree, porque la lista más votada será cada vez con más frecuencia la que menos les gusta a Pili (Sánchez) y Mili (Feijoo)», ha asegurado el eurodiputado de Vox Hermann Tertsch. No es nueva esta reacción dado que los de Abascal saben que el PP lleva tiempo escorándose a la izquierda y tanteando discretamente la posibilidad de una gran coalición. Pero ahora que entra Feijoo sí que parece razonable que la buena relación del gallego con Sánchez pueda desembocar en que Vox no toque nunca moqueta. O no al menos en estas próximas elecciones.
«cada voto que conquistaban en la derecha eran tres que perdían por el centro»
El balance que hace el entorno de Feijoo es exactamente el mismo que hacía Pablo Casado. Fuentes del PP de Casado aseguraron a MONCLOA.com que el presidente del PP iría a conquistar el centro-derecha porque «cada voto que conquistaban en la derecha eran tres que perdían por el centro». Esta misma frase la comparte el equipo de Feijoo, así como el propio presidente gallego.
La «gran coalición» es otra de las cuestiones que Casado se planteaba. «Lo hacen todas las grandes democracias europeas», destacaban fuentes del entorno más íntimo de Pablo Casado entonces. Ahora, el balance de Feijoo es exactamente el mismo y, de hecho, la idea es ir mucho más lejos de lo que fue Casado. Pues además de buscar la gran coalición, el presidente de la Xunta también devolverá el «sentido de Estado» al PP con la renovación del CGPJ, algo inminente que tendrá lugar antes de verano.
UN EQUIPO DE LA VIEJA GUARDIA
El presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijoo, ha dejado el partido en su tierra algo desarbolado. Desde que anunció su candidatura a la presidencia del Partido Popular, en Galicia intentan organizarse como pueden para mantener la formación «intacta». El problema es que Feijoo no está preocupado por lo que pase en una autonomía que ya forma parte de su pasado. El presidente gallego está repescando altos cargos del PP que debieron, a su juicio, tener protagonismo tras la salida de Rajoy y que fueron enterrados por el tsunami sorpresa de Pablo Casado. Esteban González Pons, eurodiputado popular, es el encargado de formar un equipo nuevo para Feijoo del que no formará parte ningún viejo cargo de la Xunta. Mientras en Galicia el PP se ha visto sumido completamente en el caos por la falta de liderazgo, Feijoo ya mira hacia el futuro.
Aún nadie tiene claro quién será el sustituto de Feijoo. Ni Alfonso Rueda, ni Diego Calvo ni ningún otro han recibido directamente la orden de estructurar el partido. Feijoo ya mira hacia el futuro y solo ha llamado a un peso pesado del PP, González Pons, para que le ayude a montar el nuevo Partido Popular que se batirá con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en las elecciones. De la vieja guardia del PP solo sobrevivirán unos pocos, como es el caso de Antonio González Terol, Ana Pastor o Dolors Montserrat, pero el resto no tendrán opción de llegar a cargos potentes en la formación. Llama la atención, sin embargo, que Feijoo no tenga intención de llevarse a nadie del PP de Galicia. La idea del presidente de la Xunta es contentar una formación nacional fichando a personalidades de todos los puntos del país.