Pintura roja ha sido arrojada contra la casa del patrón del ‘Villa de Pitanxo’, Juan Padín, que vive en el municipio pontevedrés de Cangas.
Al respecto, las familias de los 21 fallecidos del pesquero han emitido un comunicado en el que condenan estos hechos y se desmarcan de lo sucedido.
«Hemos demostrado durante todo este tiempo un comportamiento ejemplar y alejado de cualquier manifestación violenta. Y así seguiremos haciéndolo confiamos en el trabajo de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y en la justicia», sostienen.
Según explican fuentes de la Guardia Civil, se tiene conocimiento de estos hechos, pero por el momento no se ha presentado denuncia.
El Juzgado Central de Instrucción Número 2 de la Audiencia Nacional será el encargado de dilucidar –si así lo avala el Ministerio Público– si existe responsabilidad penal en el naufragio del pesquero con base en el puerto de Marín (Pontevedra), con un tripulación de 24 personas, de la que solo hay tres supervivientes.
Todo esto después de que se detectasen contradicciones entre los testimonios de los supervivientes a la tragedia. Según la información adelantada por ‘El Debate’, la declaración recabada por el Instituto Armado del tripulante Samuel Kwesi contradice el relato de los otros dos supervivientes, el patrón del pesquero, Juan Padín, y su sobrino Eduardo Rial. Kwesi habría sostenido que los marineros habían pedido al patrón del barco un arriado de cables que podría haber estabilizado el buque y evitar el naufragio.