La Tarta de Santiago es un verdadero clásico de la cocina gallega. Se lo caracteriza por ser esponjosa, dulce y con un delicado sabor a almendras. Además, su preparación no tiene grandes dificultades, siendo sus principales ingredientes las almendras, el azúcar y los huevos.
Actualmente se pueden comprar en casi todas las pastelerías de las poblaciones y zonas por las que pasa el Camino de Santiago, desde Roncesvalles o Jaca hasta Santiago de Compostela; y en toda la Comunidad Autónoma de Galicia, especialmente durante el mes de julio y la primera semana de agosto debido a que el 25 de julio es Santiago Apóstol.
El origen de la Tarta de Santiago
El origen de la Tarta de Santiago es difícil de precisar. Sin embargo, parece que para encontrarlo es necesario remontarse a las cocinas más acomodadas de Galicia de los siglos XVI, XVII y XVIII, donde la alta repostería se caracterizaba por el uso de ingredientes como el azúcar y la almendra (dos de los productos básicos para la preparación de esta tarta).
Esto es lo que cuentan desde el Consejo Regulador que vela por la calidad de este postre típico gallego, cuyas primeras reseñas dignas de fiabilidad datan de 1838. Fue entonces cuando Luis Bartolomé de Leybar recogía en su cuaderno de confitería una receta de bizcocho y almendras, cuya forma de preparación resultaba muy similar a la actual tarta compostelana.
