Tiene conquistadas casi todas las áreas del Estado excepto el Tribunal Supremo. La ministra de Defensa tiene el ojo puesto en el Alto Tribunal porque es el único donde ni ella ni sus «margaritos» han sido capaces de entrar. Ya lo intentó Margarita Robles en marzo del año anterior al intentar colocar a su «margarito» fetiche, el exdirector de la Guardia Civil Félix Azón, en la Sala Cuarta del Tribunal Supremo. Sin embargo, la falta de acuerdo aplazó los nombramientos hasta nueva orden. El problema del que se quejan en el Gobierno es que Robles sigue empeñada en conquistar el Alto Tribunal de la mano de su «margarito» predilecto. Si hay renovación del Consejo General del Poder Judicial, Robles hará todo lo posible por colocar vocales afines que le den entrada al Supremo de la mano de Azón, uno de los directores de la Guardia Civil que dejó peor recuerdo en el cuerpo. Y sino, la ministra ya le buscará cobijo a Azón, quien se mantiene en la sombra desde hace un año.
Decimos «margarito» predilecto porque es uno de los preferidos de Robles. Es cierto que el exjefe de gabinete de la ministra y ahora consejero del Tribunal de Cuentas, Diego Íñiguez, amenazó con quitarle el estatus como «margarito» primero, pero Azón sigue ocupando una parte importante en los planes a futuro de la ministra de Defensa. Este exdirector de la Guardia Civil ya intentó con el total apoyo de Robles asaltar la Sala Cuarta del Supremo cuando no había consenso ninguno en el CGPJ. El problema es que ese fatídico 4 de marzo no salieron las cosas como tenían que salir. La falta de consenso dejó a Azón a las puertas de convertirse en magistrado del Supremo y a Margarita con las ganas de tener mano en el Alto Tribunal. Sin embargo, Robles no renuncia a conquistar el único espacio que le falta y pretende recuperar esta misma estrategia tan pronto se renueve el CGPJ.
La renovación traerá nombramientos. Y los nombramientos la reactivación del «margarito» Félix Azón. La idea de Robles es poner en el Supremo, una de sus obsesiones, a un fiel seguidor. El Tribunal de Cuentas lo tiene gracias a la influencia que le dan Íñiguez y la mujer de su jefe de gabinete, Juan José García de la Cruz. Pero el Supremo es terreno prohibido para Margarita. Es por eso que quiere reactivar a Azón porque considera que tiene los galones suficientes como para ocupar un cargo relevante en la Sala Cuarta y que así le permita tener ojos y oídos en el Alto Tribunal que tanto se le resiste.
Y Azón fue el elegido
Esta obsesión de Robles con el Alto Tribunal viene de lejos. Intentó que no le retiraran vía influencia la condición de magistrada del Supremo cuando se fue al Gobierno para así optar en un futuro a ocupar el cargo de Lesmes. Sin embargo, lejos de la realidad, el presidente del Alto Trinunal aplicó la ley y se la retiró cerrando cualquier vía a que Robles pudiera aspirar a convertirse en la máxima representante de la Justicia en España. Con ella fuera de juego, Robles buscó a un «margarito» condecorado para que fuera su influencia en el Supremo. Y Azón fue el elegido. El más fiel, devoto y hoolgan de la ministra de Defensa.
Es conocido en el ministerio que, dentro del Ejército de «margaritos», Azón es uno de los condecorados generales. Si llegó a dirigir la Guardia Civil fue gracias a Robles. Que después de su nombramiento se convirtiera en un mal recuerdo para los agentes del cuerpo fue anecdótico dentro de la estrategia de Robles. No tanto que el ministro del Interior lo cesara inmediatamente por su «conocida incompetencia» para el cargo, tal y como detallan fuentes de la Guardia Civil a MONCLOA.com, dado que esto supuso el principio del enfrentamiento que aún hace chocar a Marlaska y a Robles. Pero lo que está claro es que Margarita siempre paga sus deudas y la lealtad de Azón será recompensada más pronto que tarde.
Todo esto no responde a otra cosa que no sea el afán de Robles de colocar en puestos clave de las instituciones judiciales a sus «margaritos». Ya lo ha hecho con varios y ahora le toca a su margarito fetiche. Si hay alguien que ha demostrado su pasión por la ministra de Defensa, ese es Azón. Y si hay algo que es reconocido por todos los que conocen a la ministra es que ella ayuda a quienes le son fieles y leales. Y Azón lo ha sido con extrema devoción.
LA REVOLUCIÓN
Hay un pequeño equipo de fieles seguidores de la socialista que, pese a que hace años mantenían un cargo discreto (ya fuera como sociólogo, militar o magistrado), han ascendido como la espuma gracias a Robles. Este grupo de aduladores profesionales es conocido off the record como “los margaritos”. Su pasión por la ministra de Defensa les ha llevado lejos. A cada uno en un punto distinto, pero lejos. Sin embargo, lo que cuentan fuentes del Gobierno es que la presunta bondad de Robles viene con factura y, sobretodo, con intereses. Que el Tribunal de Cuentas, el Ministerio de Defensa o el de Justicia esté trufado de “margaritos” es una decisión estratégica de la propia ministra que espera que le ayude en su futuro laboral. Pero tras su paso en el ministerio, ¿dónde acabará Margarita?
Son cuatro los “margaritos” más célebres de las instituciones. El número uno y el que más ha ascendido gracias a la ministra ha sido el consejero del Tribunal de Cuentas Diego Íñiguez. Otro de los “margaritos” que da cuenta de ello, es el más adulador, respetando siempre en su primer puesto del todopoderoso Íñiguez. Se trata de quien, precisamente, sustituyó al flamante consejero del Tribunal de Cuentas. Hablamos de Juan José García de la Cruz, actual jefe de gabinete de la ministra de Defensa. Manuel Olmedo, flamante secretario general para la Innovación y Calidad del Servicio Público del ministerio de Pilar Llop, y el teniente general Amador Enseñat y Berea completan el cuerpo de élite de los «margaritos».