El precio del megavatio hora ha superado los 400 euros. La gasolina cuesta más de dos euros el litro. El IPC creció en febrero un 7,6%. Sin embargo, solo Vox ha convocado protestas. Ante una realidad tan compleja y un encarecimiento general de la vida que ha repercutido en el poder adquisitivo de los españoles, muchos se hacen la misma pregunta: ¿dónde están los sindicatos?
El Gobierno ha duplicado las subvenciones a los sindicatos durante la pandemia. Las asignaciones totales, que mayoritariamente han caído a UGT y Comisiones Obreras (CCOO), han pasado de los nueve millones en 2020 a los 17 millones. Los sindicatos llevados por Pepe Álvarez y Unai Sordo, respectivamente, se han hecho de oro, por no hablar de que han conseguido que la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ceda a alguna de sus demandas. Los sindicatos nunca han tenido tanto dinero en sus arcas y nunca estas asociaciones de trabajadores habían estado tan silenciadas. Algo que ha llamado la atención de muchos.
La partida de los 17 millones para los sindicatos se anunció a principios de 2022, algo que dejó claro la buena sintonía entre el Gobierno y UGT y CCOO, mayoritariamente. En cuanto el presidente del Gobierno ha sido capaz de aprobar una ayuda a los sindicatos, le ha dado la mayor partida de la historia. Durante la etapa de Mariano Rajoy, las ayudas anuales se quedaron en los 8,9 millones. Con Sánchez, UGT y CCOO bucean en dinero. Y las sospechas de su inactividad en la calle llama la atención de más de uno.
Lo curioso ya no es que los sindicatos no convoquen huelgas dado el encarecimiento de la vida, sino que además alientan a no hacerlo. CCOO ha insistido en que el paro nacional convocado en el transporte no tiene cobertura legal de huelga. Este mensaje que ha lanzado Unai Sordo a estos transportistas que están ahogados por el precio del carburante ha tenido más repercusión en los partidos de la oposición que una protesta. Sordo no quiere que te manifiestes, o al menos es lo que le ha deslizado a estos transportistas que han visto cómo su gasto en combustible se ha disparado.
La labor de los sindicatos, muy cercanos a Yolanda Díaz, se ha centrado en ir de la mano de la vicepresidenta durante la reforma laboral. El problema es que no han visto oportuno protestar contra el Gobierno desde que el PSOE tomó las riendas de la Moncloa. Para hacernos una idea, en 2021, año que arrancó con la convocación de varias protestas por parte de los sindicatos, el Gobierno aprobó ayudas por poco más de 13 millones de euros para los sindicatos. La idea de esas «protestas» era reclamar la subida del SMI (algo que se consiguió) y la derogación de la reforma laboral (algo que se logró a medias). Desde que el Gobierno ha dado 17 millones, los sindicatos prácticamente han cesado su actividad.
La subida del IPC siempre ha sido un tema sensible para los sindicatos, excepto en 2022. Cuando en 2012 el Gobierno no ligó la revalorización de las pensiones con el IPC, UGT y CCOO se echaron a la calle para convocar más de una protesta para exigir que se igualara. Ahora que los pensionistas han perdido casi un 8% de su poder adquisitivo, el silencio ha llamado la atención de muchos. Entonces, en ese año en el que UGT y CCOO convocaron la protesta, el IPC subió un 2,8%. Casi tres veces menos que ahora.
La sensación general en el Partido Popular, en Vox y en otros partidos como Ciudadanos es que si el IPC se disparara así en un mandato de la derecha las reacciones serían muy distintas. Sea como sea, lo cierto es que 2022, pese a que lleva solo algo menos de tres meses de recorrido, se prevé un año tranquilo para el Gobierno. Al menos los sindicatos no darán guerra pese a que el precio de la luz esté rondando progresivamente los 400 euros el megavatio hora. No hay que olvidar que los sindicatos se manifestaron contra Mariano Rajoy cuando el coste del megavatio hora era tan solo de 70 euros.