La cocina es la zona de la casa donde más electricidad se consume. Tan solo el frigorífico consume casi un 20% del total de la energía, ya que tiene que estar siempre enchufada y en funcionamiento. Con el imparable incremento de los precios de la luz, no queda más remedio que hacer algunos cambios en nuestros hábitos para mantener bajo control la factura a fin de mes, y de paso, conseguir un pequeño ahorro. ¿Es posible? Sí, se puede, si pones en práctica estos consejos.
4EL TAMAÑO ADECUADO
Las placas vitrocerámicas o de inducción también son una fuente de gasto eléctrico. Para aprovechar esta energía al máximo, es crucial utilizar el tamaño adecuado para cada sartén, olla o cacerola. Lo ideal es que el recipiente sea ligeramente más grande que el tamaño del fuego, y no al revés. Cuando el fuego es mayor que el recipiente, estaremos perdiendo una parte importante de energía, y encima no nos va a ayudar a que el agua hierva más rápido, por lo que es un derroche que no tiene ningún propósito.
