El Cabildo de La Palma, a través de la Consejería de Acción Social, y de la mano del Gobierno de Canarias y los ayuntamientos de El Paso, Los Llanos de Aridane y Tazacorte, continúa trabajando en la búsqueda de soluciones habitacionales para las más de 400 personas damnificadas por la erupción del volcán de Cumbre Vieja y que permanecen alojadas en tres hoteles de la isla y aseguea que «no se desalojará» a ningún damnificado no tenga una alternativa.
La consejera, Nieves Hernández, asegura en una nota que «se está haciendo un trabajo concienzudo por parte de los más de 20 técnicos de las tres administraciones para dar respuesta a esas personas según sus circunstancias particulares».
En esa línea expone que «desde la institución se está trabajando de manera incansable para que algunas familias recuperen una vida autónoma acompañando a las personas para que alcancen las condiciones favorables para volver a sus domicilios, si es posible, o una solución habitacional normalizada».
Para las instituciones que intervienen es prioritario dar otras soluciones en materia habitacional como puede ser el alquiler de viviendas libres, vacacionales o apartahoteles, pero también la búsqueda de empleo o la tramitación de una PCI, apoyo psicológico y social, con el objetivo último de mejorar la situación las personas albergadas para que regresen a un entorno muy cercano a un hogar en las mejores condiciones posibles.
«Para este grupo de gobierno lo primero siempre serán las personas y está claro que una habitación de hotel no es un lugar para vivir de manera continuada y muchas familias llevan allí desde finales de septiembre, por lo que es necesario trabajar con ellos para que vayan recuperando una vida autónoma», concluye la consejera.
La situación es que, tras tres meses de finalizada la erupción, muchas de las personas albergadas en los hoteles son vulnerables, algunas de ellas padecen problemas de salud mental, deterioro físico o debilidad en la salud, que evidencian los ritmos diferentes de convivencia en estos recursos.
Por un lado, están los que continúan albergados compartiendo espacios comunes en familia por un prolongado tiempo y, por otro lado, aquellos que van a disfrutar de las prestaciones de los hoteles con una connotación diferente.