Ayuso deja la purga de Sol en ‘stand by’ y dispara la tensión entre los consejeros

La crisis de Gobierno de la Comunidad de Madrid está en stand by hasta nueva orden. Que el todopoderoso jefe de gabinete de Sol, Miguel Ángel Rodríguez, prepara una «purga» a nivel interno, es un secreto a voces. El problema es que, de momento, hay cierta tensión acumulada en la cúpula de la administración autonómica porque no saben si las comisiones cobradas por Tomás, el hermano de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, tendrán más recorrido. Mientras la Fiscalía Anticorrupción no dé a conocer su criterio, en Sol no habrá movimientos. Ahora bien, las fuentes de la Comunidad avisan: en cuanto se aclare la repercusión que tendrá este presunto escándalo que afecta a la presidenta, que se preparen algunos consejeros. «David Pérez, Carlos Izquierdo y Enrique López están marcados», cuentan las fuentes.

El terremoto se espera a finales de primavera o principios de verano. No lo tienen claro porque todo depende de cómo se desarrollen los acontecimientos. En Sol quieren saber qué repercusiones tendrá para Ayuso el cobro de hasta 300.000 euros en forma de comisiones por intermediar para traer mascarillas para la Comunidad de Madrid. Será legal, confían, y después empezará el baile. El problema es que los tiempos de la justicia son complicados y, pese a que en Sol manejaban la posibilidad de que Anticorrupción citara al hermano de Ayuso esta misma semana, parece que todo se puede dilatar más de lo anunciado. En cualquier caso, Miguel Ángel Rodríguez lleva tiempo afilando el cuchillo político con tres consejeros como claros objetivos a batir. La razón: que se mantuvieron fieles a Pablo Casado durante la disputa interna.

Carlos Izquierdo, David Pérez y Enrique López, entretanto, mantienen el perfil más bajo de su carrera política. Mirada institucional y solo trabajo. No quieren saber nada de lo que se les puede venir encima, pese a que Miguel Ángel tiene claro que los quiere fuera de la Comunidad de Madrid por «desleales» a la causa. El problema es que hay voces en Sol que no tienen tan claro que esto no vaya a prosperar en los juzgados. Hay más asuntos a tener en cuenta que la mera «legalidad» de la concesión a una u otra empresa.

En la Comunidad de Madrid hay fuentes del gabinete de comunicación que insisten en que el miedo que se respira en Sol tiene que ver con el importe cobrado. Estas voces insisten en que la cantidad total que cobró el hermano de Ayuso fue muy superior a lo que acostumbra a cobrar un comisionista. Una «comisión» al uso por mediar en cualquier contrato ronda el 5%. «La comisión que se lleva el hermano de Ayuso es más, mucho más», detallan. Si se atiende al contrato de mascarillas, que costó a las arcas públicas de los madrileños nada menos que 1,5 millones de euros, el hermano de Ayuso cobró una comisión de 289.000 euros, es decir, que supondría una mordida del 19,2%. Es aquí donde las fuentes de Sol temen que lo amparado por el estado de alarma no lo esté tanto.

Alfonso Serrano se frota las manos por la posibilidad de pescar alguna Consejería

En cualquier caso, la mayoría de los preguntados en la Comunidad de Madrid confían en que esta situación no tenga mayor recorrido. Se muestran absolutamente convencidos de que esto no prosperará más de la cuenta, a diferencia del espionaje a Ayuso protagonizado por la excúpula del Partido Popular.

Lo que sí esperan muchos de los diputados populares de la Asamblea con un alto grado de  nerviosismo es la purga de Miguel Ángel. Sacar a un mínimo de tres consejeros de unas áreas tan importantes como son Transportes, Justicia e Interior y Administración Local y Digitalización supone un nivel de nuevos nombramientos importantes. No solo hablamos de consejeros, entre los cuales el portavoz Alfonso Serrano se frota las manos por la posibilidad de pescar alguna Consejería, sino de direcciones generales a las que podría optar más de un diputado autonómico. Sin embargo, ahora Miguel Ángel Rodríguez ha puesto la «purga» en stand by a la espera de cambios en el procedimiento judicial que podrían abrirle al hermano de Díaz Ayuso.

LOS MARCADOS

Pablo Casado y todos sus leales seguidores están en el punto de mira. El presidente del Partido Popular ha perdido la guerra interna y tiene los días contados, tal y como aseguran fuentes de Génova. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, o mejor dicho, su jefe de gabinete, Miguel Ángel Rodríguez, no se contenta con echar a Casado del poder. Quiere «vengarse» de aquellos consejeros que pasean por Sol y que se mantuvieron leales a Génova. Los dos dirigentes en los que se ha fijado la presidenta y su equipo de fontaneros son David Pérez, consejero de Transportes, y Enrique López, consejero de Interior y Justicia. La razón por la que estos dos populares encabezan la lista es porque mantuvieron un doble juego de lealtades con Ayuso y con Casado que no ha gustado nada al entorno de la presidenta de la Comunidad de Madrid. La tensión se palpa en Sol y las fuentes consultadas aseguran que es «cuestión de tiempo» que abandonen sus cargos. Pero hay más señalados.

La clave está en buscar una fórmula adecuada para echar a estos dos consejeros. Con Enrique López ya se dejó entrever tras la polémica del espionaje a Ayuso y las concesiones al hermano la «mala» relación que mantiene con la presidenta. De hecho, cuando los leales consejeros de la líder madrileña salieron a la palestra a dar explicaciones el pasado viernes sobre los contratos del hermano de Ayuso, se echó en falta la presencia de un López que se echó atrás en el último momento. Desde Génova aseguran que la razón por la que el consejero de Interior no salió a defender a su presidenta es porque es juez y porque «sabía» que hacerlo podría traerle problemas legales. Pero desde Sol insisten en que López no quería dar la cara por Ayuso porque siempre ha sido leal al aparato del partido. Sea como sea, Sol lleva tiempo con el ojo puesto en López porque conocen sus pretensiones, su ambición y sobretodo su cercanía a Casado.